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Presentación del Manual de Acogimiento Residencial del Principado de Asturias

Portada del "Proyecto Marco de Acogimiento Residencial", con unas siluetas abstractas que recuerdan casas.No es habitual encontrar apuestas institucionales como la que el Principado de Asturias está realizando en los últimos dos años: una revisión y actualización técnica de su modelo técnico de trabajo en acogimiento residencial, que incluye una formación a todos los equipos de todos los centros de acogimiento residencial, tanto de gestión pública como conveniada; una revisión y actualización de todos los protocolos internos de trabajo que se emplean en el servicio y la elaboración de un Proyecto Marco de Acogimiento Residencial (hacer clic para descargar el documento) nuevo que refleje el modelo técnico de trabajo así como sus diferentes instrumentos y protocolos correspondientes.

Este tipo de procesos es fácil encontrarlos por parte del equipo de un centro o por parte de una entidad que gestiona diferentes centros, pero que una Comunidad Autónoma decida revisar su modelo de acogimiento residencial completo, incluyendo sus recursos, es algo tan necesario como poco frecuente. Y, desde luego, es una apuesta institucional valiente que se enmarca en su nueva Ley de Infancia y Adolescencia.

Participar en un proceso así para el equipo de Espirales CI es un privilegio y una oportunidad de aprendizaje. Coordinar el grupo de trabajo para la elaboración del Manual de Acogimiento Residencial que se ha presentado esta semana, así como realizar el proceso de formación y supervisión de los equipos de los centros de acogimiento residencial del Principado de Asturias durante los años 2022 y 2023 está siendo un regalo para nosotros. Es un regalo encontrar equipos humanos y técnicos que quieren mejorar su trabajo, a los que no les importa reconocer sus limitaciones y dificultades y que aceptan un espacio de reflexión y crítica con la apertura con la que lo están haciendo los equipos de los diferentes centros.

También es un regalo percibir los cambios. Los hay que son más visibles, como pueden ser las transformaciones arquitectónicas imprescindibles, el cierre de unos centros y el traslado de otros. Pero también están los cambios más difíciles de percibir, que tienen que ver con la mejora de clima en los centros, la introducción sistemática de la afectividad consciente como competencia profesional en el trato con los niños, niñas y adolescentes o la comprensión de sus conductas como resultado de una historia de trauma. La mirada consciente al sufrimiento de los niños, niñas y adolescentes en acogimiento residencial y su abordaje desde un modelo basado en la psicología del vínculo y la psicología del trauma, que es el modelo que tratamos de impulsar desde hace años desde Espirales CI.

Pero plasmar toda esa transformación en un Manual de Acogimiento Residencial tiene un valor añadido. Por un lado permite sistematizar el trabajo que se realiza y que haya un referente al que acudir y con el que formar al personal nuevo que se va incorporando a los centros, en un ámbito en el que la movilidad profesional es especialmente alta. Y por otro permite la replicación del modelo de intervención. Que otras Comunidades Autónomas que puedan estar planteándose revisar su modelo de intervención en acogimiento residencial puedan tener un referente desde el que hacerlo.

Queremos dar las gracias al Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias y especialmente a su directora, Marta del Arco, por impulsar este proceso con el entusiasmo, rigor y eficacia necesarios, a los equipos de los centros del Principado de Asturias por acogernos y abrirse a ese espacio de revisión de su trabajo y a UNICEF España, de cuyo ambicioso proyecto de trabajo sobre el sistema de protección en España surgió la posibilidad de este proceso de revisión del modelo técnico de trabajo en acogimiento residencial del Principado de Asturias.

Pepa Horno

Estrategia de Erradicación de la Violencia sobre la Infancia y Adolescencia

Portada de la Estrategia de Erradicación de la Violencia sobre la Infancia y Adolescencia, con una imagen de un rostro infantil, el título del documento y el logotipo del Gobierno de España y del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030El cambio más importante que se ha producido en los últimos años en nuestro país respecto a la violencia contra la infancia y adolescencia ha sido el cambio de percepción de la sociedad sobre la problemática que ha llevado, entre otras cosas, a convertirla en una prioridad en la agenda política. La violencia contra niños, niñas y adolescentes ha pasado de ser percibida como un problema de dimensión reducida y limitada a determinadas realidades socioeconómicas a ser reconocida como lo que es: un problema social al que urge dar una respuesta eficaz, rigurosa y coordinada.

Pepa Horno y F. Javier Romeo, del equipo de Espirales Consultoría de Infancia, conjuntamente con Elda Moreno, hemos tenido el privilegio de elaborar el documento base de la Estrategia de Erradicación de la Violencia sobre la Infancia y Adolescencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 que se ha presentado hoy, 16 de noviembre de 2022, en Madrid. Contamos para ello también con la colaboración de un comité de especialistas en infancia al que, desde aquí, queremos reiterar nuestro agradecimiento porque nos permitió revisar la adecuación, pertinencia y ambición de las diferentes medidas que proponíamos, así como todas las entidades públicas y privadas que han participado en los distintos procesos.

Esta Estrategia recoge las actuaciones que han de desarrollarse en los próximos años a nivel estatal si se pretende lograr la erradicación de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes. Estas actuaciones se estructuran en torno a cinco áreas estratégicas:

  • Área uno: Garantizar el conocimiento de la realidad de la violencia contra la infancia y adolescencia necesario para desarrollar estrategias de actuación eficaces y ajustadas a la misma.
  • Área dos: Crear una cultura de buen trato y tolerancia cero ante la violencia contra la infancia y adolescencia.
  • Área tres: Garantizar que los entornos donde convivan y se relacionen niños, niñas y adolescentes sean entornos seguros.
  • Área cuatro: Garantizar una atención especializada y multidisciplinar a los niños, niñas y adolescentes que han sufrido o ejercido violencia.
  • Área cinco: Garantizar un abordaje multidisciplinar y coordinado de la violencia contra la infancia y adolescencia.

Cada una de esas áreas incluye diferentes medidas para garantizar su implementación, junto con sus agentes responsables e indicadores de evaluación correspondientes.

Este documento pretende generar un marco de trabajo general en el que se pueden englobar las diferentes actuaciones que las administraciones locales, autonómicas y estatales, así como las diferentes agentes sociales como entidades, asociaciones, empresas o ONG decidan emprender. De esa forma las actuaciones tendrían coherencia y lograrían dar respuesta a las carencias más importantes identificadas a día de hoy en el abordaje de la violencia contra la infancia y adolescencia. Incluye las actuaciones contempladas en la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI) en España (cuyo desarrollo está comentado en una entrada anterior de este blog), pero va más allá. Tal y como se menciona en el mismo documento, “esta estrategia aspira a fortalecer el trabajo de prevención de todas las formas de violencia, mejorar la detección e intervenir tempranamente desde un enfoque integral y multidisciplinar” (pág. 9).

Para el equipo de Espirales CI es un privilegio cuando se nos permite realizar propuestas técnicas y de enfoque político de las problemáticas que trabajamos. Por eso no queremos dejar de dar las gracias a la Dirección General de Derechos de la Infancia y la Adolescencia por haber contado con nuestro trabajo para elaborar un documento que puede ser una referencia para quienes decidan abordar esta problemática. Gracias al Comité de Especialistas que nos ayudó a configurar su contenido, a los niños, niñas y adolescentes miembros del Consejo Estatal de Participación de Infancia y Adolescencia (CEPIA) que participaron en el proceso ajustando su enfoque y enriqueciendo su contenido y a todos los miembros del Observatorio de Infancia que realizaron aportes clave a la hora de las medidas necesarias para su implementación. Pero queremos dar las gracias especialmente a Elda Moreno, que aceptó con su generosidad habitual ser parte de nuestro equipo de trabajo en este proyecto. Desde la misma filosofía de Espirales CI creemos en promover el trabajo en red, y trabajar este propuesta técnica conjuntamente con ella ha sido un aprendizaje impagable.

A partir de esta propuesta, solo nos queda esperar la respuesta clara, valiente y comprometida por parte de cada uno de los agentes sociales y administraciones implicadas. La respuesta que merece el sufrimiento de los niños, niñas y adolescentes que están padeciendo alguna forma de violencia, así como el niño o niña interior que permanece dentro de aquellas personas adultas que sufrieron violencia de diversos modos en su infancia y adolescencia y no recibieron la respuesta social y política que merecían. Se lo debemos.

Pepa Horno y F. Javier Romeo

Artículo “Individuo, comunidad y sistema” de Pepa Horno en “Renovando desde dentro”

Viajar abre el alma. Esta es una certeza compartida por mucha gente. En mi vida, viajar ha sido además una vocación en cierto modo y, desde luego, un privilegio y una enseñanza. Durante unos años viajé por todo el mundo (casi cuarenta países de cuatro continentes) dando formaciones a profesionales que, de un modo u otro, trabajaban para la prevención y erradicación de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes. Trabajé con profesionales del ámbito educativo, social y sanitario, con periodistas y legisladores, etc. Y lo sigo haciendo a día de hoy.

Y mi trabajo tiene una característica diferente a otro tipo de viajes. En los talleres, las formaciones me encuentro hablando con la gente de sus familias, el modo en que les criaron, su forma de ver la vida o sobre si pueden abrazar o acariciar a sus bebés, entre otras mil pequeñas cosas. Hablamos de sus figuras parentales y de sí mismos como madres y padres. No es un contenido teórico, porque no puede serlo si quiero que esa formación resulte eficaz. O convierto el contenido en vivencia y logro que las personas enlacen con su “niño o niña interior” o no voy a lograr el objetivo que persigo.

Y desde ese conocimiento de las comunidades donde trabajo y de los países que visito, he ido construyendo algunos esquemas técnicos que me han servido muchísimo en mi trayectoria profesional. Este mes en el artículo “Individuo, comunidad y sistema” con el que contribuyo a “Renovando desde dentro”, he querido desarrollar uno de esos esquemas. Aquí podéis acceder a él y descargarlo para su lectura.

El esquema es sobre los tres pilares que son necesarios para que una sociedad se desarrolle plenamente: el individuo, la comunidad y el sistema. Y sobre qué es lo que ocurre cuando sacrificamos o dejamos caer cualquiera de esos tres pilares. Los necesitamos los tres para desarrollarnos sanos como personas y como sociedades. Y, sin embargo, cuando viajas por el mundo puedes ver cómo en diferentes regiones se ha sacrificado uno de esos pilares. Y cómo los tres pilares se interrelacionan entre sí en juegos de poder que pueden llegar a ser muy destructivos.

Este esquema lo he usado para desarrollar y evaluar programas de intervención, para evaluar sistemas, especialmente el sistema de protección en diferentes países, para realizar análisis de riesgos en diferentes contextos y para la misma comprensión del ser humano. Por eso he querido escribirlo y compartirlo. En la línea de siempre de la filosofía de Espirales CI de generar redes y promover criterio técnico me pareció que podía ser útil compartirlo. Porque a mí me ha servido mucho, porque siento que es potente y puede ser útil a mucha gente. Espero no equivocarme.

Pepa Horno

Documento “Escuchando lo hacemos mejor. Participar en la construcción del modelo de protección a la infancia y la adolescencia en Gipuzkoa”

Portada de "Escuchando lo hacemos mejor. Participar en la construcción del modelo de protección a la infancia y adolescencia en Gipuzkoa", que tiene el título y el subtítulo y debajo la imagen de unos pies infantiles a la orilla del mar, tocados por una ola, con un corazón trazado en la arena.En los últimos años, cada vez son mayores los regalos que voy recibiendo en el trabajo. Soy consciente de mi inmenso privilegio. Pienso en las redes que hemos generado con el paso de los años; los resultados que, poco a poco, van llegando del trabajo realizado de sensibilización y prevención; los cambios normativos e institucionales que van tomando forma…

Pero sigue siendo muy poco habitual encontrarte un equipo humano como el de los responsables del Servicio de Protección a la Infancia y la Adolescencia de la Diputación de Gipuzkoa. Profesionales que, a pesar de ser conscientes de tener un modelo sólido de intervención que es referente en el resto del territorio español, te llaman para que les ayudes a mejorar, a revisar su trabajo desde una perspectiva crítica. Personas que cuando les confrontas con algunas incoherencias las asumen desde una actitud de: “Tienes razón, entonces, ¿cómo cambiamos esto?”.

Noticia de la página web de la Diputación de Gipuzkoa, con la Diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, y con la consultora Pepa HornoMe parece fundamental señalar esto antes de hablar del documento Escuchando lo hacemos mejor. Participar en la construcción del modelo de protección a la infancia y adolescencia en Gipuzkoa que se ha presentado hoy (hemen euskaraz) como resultado del proceso de revisión del sistema de protección a la infancia y adolescencia en Gipuzkoa, que se ha realizado con los niños, niñas y adolescentes que atiende la Diputación de Gipuzkoa en sus diferentes programas así como con sus familias. Y digo que es fundamental porque sin esa actitud de revisión crítica y aprendizaje por parte de los responsables técnicos y políticos, sin esa apertura a las propuestas técnicas desde un posicionamiento en absoluto defensivo del trabajo que se desarrolla y sin ese propósito de legitimidad y coherencia todo este proceso hubiera sido imposible. Y no solo el proceso, sino los cambios que de él se van a derivar.

El objetivo inicial fue validar el documento de principios marco de actuación del Servicio de Protección a la Infancia y la Adolescencia de la Diputación de Gipuzkoa. La idea era revisar los principios técnicos que guiaban la toma de decisiones en los distintos programas del Servicio para tratar de dar coherencia a las actuaciones. Pero esa revisión se pensaba realizar solo con los profesionales. Y ese fue el primer cambio. Abrir el foco y plantear una revisión del documento con sus beneficiarios finales: los niños, niñas y adolescentes y sus familias. Esta revisión se ha realizado en torno a un proceso de grupos focales en los que han participado el 10% de los niños, niñas y adolescentes con los que trabaja el Servicio de Protección a la Infancia y Adolescencia de la Diputación de Gipuzkoa en sus diferentes programas. Los grupos focales se desarrollaron con una metodología común y unos facilitadores con experiencia y que recibieron la formación necesaria. Desde Espirales Consultoría de Infancia desarrollamos la metodología y el análisis y sistematización de los resultados, tanto de los grupos focales de niños, niñas y adolescentes como de los grupos de familias.

El documento Escuchando lo hacemos mejor. Participar en la construcción del modelo de protección a la infancia y adolescencia en Gipuzkoa es el resultado de este proceso. En ese documento se recoge el análisis de los resultados en lo concerniente a la revisión del documento de principios marco, pero sobre todo a la intervención que realiza el servicio en sus programas. Incluye también la versión final del documento de principios marco, tal y como quedó después de introducir los cambios demandados por los profesionales, los niños, niñas y adolescentes y las familias. Y por último las versiones adaptadas de los resultados que se desarrollaron tanto para los niños, niñas y adolescentes como para sus familias.

No puedo sino recomendar con vehemencia a todos los responsables del sistema de protección a la infancia y adolescencia en las diferentes Comunidades Autónomas y en otros niveles competenciales y a los profesionales del sistema de protección en toda su amplitud que lean el documento. Habla de la realidad del sistema en Gipuzkoa, pero habla de mucho más. Tanto el modo como se ha realizado como su propósito son experiencias únicas en el territorio español. Sin embargo, las conclusiones, en mi experiencia, son en gran medida extrapolables a todo el territorio estatal.

Y para acabar voy a dejar solo algunos ejemplos de las cosas que han dicho los niños, niñas y adolescentes. Hablan por sí mismas.

Sobre la afectividad como condición para la intervención, como competencia profesional obligada:

  • Si no nos tratan con afecto, nos entra miedo y lloramos”.
  • “Es necesario que nos traten bien porque son ellos los que nos tienen que proteger”.
  • “Más les vale tener afectividad, empatía, respeto y sobre todo paciencia. Porque como la caguéis, nos cerramos en banda y a ver de dónde tiráis para empezar con la intervención”.

Sobre la necesidad de promover el protagonismo infantil y adolescente en la toma de decisiones del sistema:

  • Porque es nuestra vida y tenemos que sentirnos y ser lo más importante, ¿no?”.
  • “Es mi vida y mi propio camino”.
  • “Muchas veces no nos cuentan, a medias, poco o nada. Que nos enteremos y no nos vengan contando por piezas”.
  • “Propongo como principio nuevo el derecho a no contar mi historia”.

Sobre la necesidad de incorporar a las familias de los niños, niñas y adolescentes en la toma de decisiones del sistema, sin juzgarlas ni condenarlas:

  • “La familia puede ser mochila pero también pilar”.
  • Porque todos tenemos personas muy importantes aunque no vivamos con ellos”.
  • “No es natural, a determinada edad, supervisar las visitas con las familias. Es importante tener en cuenta la necesidad del niño en cada momento ya que todos los niños no necesitan lo mismo”.

Hay mucho más en el documento. Creo que merece lectura. Aquí está en sus dos versiones, en castellano y en euskera:

Gracias de corazón a los responsables del Servicio de Protección a la Infancia y la Adolescencia de la Diputación de Gipuzkoa por dejarme acompañarles en este proceso. Ha sido un regalo inmenso y reitera mi confianza en que es posible realizar procesos de evaluación legítimos y eficaces del funcionamiento del sistema de protección a la infancia y adolescencia en sus diferentes niveles.

Y, a partir de aquí, quien quiera escuchar que escuche.

Pepa Horno

Café con autor sobre “Metáforas para la consciencia”

El pasado 3 de noviembre de 2021 tuve la oportunidad de reencontrarme en las charlas de Café con Autor que promueve la Editorial Descleé De Brouwer y dinamiza Bruno Moioli para hablar del último libro que he publicado: Metáforas para la consciencia.

Y a veces pasa que un encuentro resulta significativo, especial por algún motivo. Con este libro está pasando desde el principio porque todo lo que organizamos a su alrededor acaba adquiriendo esa profundidad. Metáforas para la consciencia nació con la vocación de ser un libro regalo, un libro que apetezca difundir y compartir, que a una le nazca regalar a la gente que quiere bien. Es un libro pequeño, de lectura fácil. Pero en cierto modo engaña, porque cada frase está pensada y cada ilustración de Zaida Escobar se te adentra en el alma. Lo escribí como un regalo, y desde que lo publicamos, está siendo un regalo para mí.

Con este encuentro sucedió, y acabó siendo un espacio conmovedor. Por eso creo que merece ser visto. Así que aprovecho que ya está colgado en formato abierto para que difundirlo desde aquí. Espero que os guste.

Pepa Horno

Premio Buen Trato a la Infancia Dr. Pedro Gómez Bosque de la Asociación REA para Pepa Horno

Hoy escribo para dar las gracias a la Asociación REA por el honor de concederme el Premio Buen Trato a la Infancia Dr. Pedro Gómez Bosque 2021.

Siempre me he sentido una privilegiada en mi trabajo porque en él ocurren dos cosas que no suelen pasar fácilmente en otros ámbitos profesionales. Por un lado, recibes los “ecos” de tu trabajo. Muchas personas me escriben, me paran por la calle o se me acercan al acabar un curso o una conferencia para contarme lo que mi trabajo, mis cursos o mis libros han significado en sus vidas. Cuando lo hacen me quedo callada y emocionada, les abrazo porque no encuentro otra forma de explicarles lo importantes que resultan para mí esos pequeños gestos. Hacen que el privilegio sea doble, no solo tu trabajo tiene sentido sino que puedes comprobarlo de primera mano. Y el sentido es el mejor posible: el bienestar, la consciencia y la paz de alma de las personas con las que trabajo directamente y de los niños, niñas y adolescentes que, de un modo u otro, están bajo su cargo.

Y la segunda cosa maravillosa que pasa en mi trabajo es que puedes ver lo mejor del ser humano. A lo largo de los años trabajando con personas que sufren y con equipos que tienen en sus manos el alma de niños, niñas y adolescentes que sufren, he conocido personas extraordinarias. Mucha gente me pregunta cómo puedo trabajar en este ámbito en el que, sin duda, se ve la cara más horrible de lo que el ser humano es capaz de hacer. Y la razón es que también se ve la más hermosa. La veo en los rostros de los niños y niñas, de las personas en general cuando alivias su sufrimiento de alguna forma, cuando ves su valor, su coraje y su hermosura más allá del daño que han vivido. Pero la veo también en esa red inmensa de personas que he encontrado en todos los países luchando por cambiar las cosas. Personas que se conmueven hasta el llanto por el dolor de los niños, niñas y adolescentes a los que atienden y son capaces de entender ese llanto como una muestra de fortaleza emocional y rigor profesional. Personas que construyen redes, redes que cambian la vida de las personas y las comunidades. Ellos son mi razón para la esperanza. Una razón nada utópica, porque está tejida de retazos de realidad.

La junta directiva de la asociación REA son parte de esa red. Son de esas personas que no se rinden. Personas que pudiendo dedicarse a otra cosa, eligen emplear su tiempo, su conocimiento, su alma y sus recursos para promover el buen trato a la infancia y adolescencia. Personas que me hacen sentir acompañada en este camino que a veces puede ser tan inhóspito. De las que me recuerdan que tiene sentido y me hacen mejor profesional y mejor persona.

Pero en un premio hay algo más. Y es que el reconocimiento te llega públicamente. No es solo ese mail personal, o esa llamada, o esa persona que te para en la calle. Es que te eligen para darte un reconocimiento público a tu trabajo. Y esa elección pública me parece un regalo inmenso y un honor del que espero hacerme merecedora.

Por eso, aunque ya se lo he dicho en privado, vaya desde aquí públicamente mi agradecimiento.

Un abrazo conmovido,

Pepa Horno

Artículo “Definiendo la consciencia” de Pepa Horno para la iniciativa “Renovando desde dentro”

Uno de los pilares de la filosofía de Espirales CI es la generación de redes. Trabajar en red te hace crecer como profesional y como persona. Pero luego hay redes y redes. De vez en cuando te llega el regalo de estar en un grupo de trabajo con profesionales a los que sientes a menudo como mejores que tú, profesionales que te retan, te impulsan, te impelen. Con los años he aprendido que no sólo han de ser profesionales a los que admire por su nivel profesional. Tienen que ser personas a las que admire por su calidad humana, su calidez, su honestidad y algo aún más raro: por su capacidad de ser generosos con su tiempo y su conocimiento. Qué difícil es encontrar profesionales que compartan lo que hacen y cómo lo hacen, que entiendan ese compartir como lo entendemos en Espirales CI, como nuestra forma de devolver a la vida tanto como hemos recibido.

El grupo de profesionales de “Renovando desde dentro” se incluye entre este grupo de profesionales, esos que me hacen mejor persona y mejor profesional. Porque luego empezamos a conversar y, como si nada, acabas comprometiéndote a una pequeña locura, nada más y nada menos, que a tratar de definir lo que es “consciencia”. Esa palabra mantra que se ha convertido en piedra angular de nuestra intervención profesional, pero también de mi mirada al ser humano y su posibilidad de cambio desde la libertad.

Así que aquí comparto el enlace al artículo que ha resultado de ese reto. Se llama “Definiendo la consciencia”. He tratado de desarrollar los indicadores que yo uso para diferenciar una mirada, una intervención consciente en el rol educativo, de crianza o de cuidado. Indicadores que pueden usarse también en un proceso de mejora de la calidad profesional y de cambio organizacional.

Espero no salir demasiado mal parada del resultado. Y sobre todo, como siempre, espero que os pueda ser útil.

Pepa Horno

“Perdir perdón por no saber mirar y no querer ver” artículo de Pepa Horno para el programa BBK Family

Imagen del artículo en el blog de BBK FamilyEl artículo que me plantearon desde BBK Family era todo un reto. Hablar del perdón que como familias podemos pedirles a las víctimas de abuso sexual infantil, a los niños, niñas y adolescentes que lo están viviendo y no sabemos detectar aún, y al niño o niña interior que vive dentro de tantos hombres y mujeres a los que la sociedad no supo ver, a los que llamó enfermos, locos y mentirosos; enfermas, locas y mentirosas.

He tratado de hablar sobre esa sensación de temblor, de vacío, de fragilidad que nos invade cuando empezamos a ser conscientes de algo que hemos negado, minimizado o incluso ridiculizado. Y eso nos está ocurriendo como sociedad con la violencia contra la infancia y especialmente con el abuso sexual infantil.

Desde Espirales CI hemos hablado mucho de este tema, de cómo el cambio social es una realidad, de que la impunidad de los agresores y agresoras está empezando a disminuir y de cómo ese es el camino realmente eficaz para acabar con cualquier forma de violencia. No son las estrategias que ponemos en marcha con las víctimas ni con quienes agreden, sino la generación de un entorno seguro y protector creado por las personas que lo presencian o lo intuyen y deciden actuar. Es el silencio el que hace posible el trauma, como dice Begoña Aznárez, y acabar con ese silencio es condición imprescindible para erradicar la violencia.

Pero para romper ese silencio, la sociedad, las familias hemos de hacer un proceso de consciencia que duele. Ese proceso por el que docentes, cuando los formas, ponen nombres y apellidos, y sobre todo ponen cara a lo que les explicas. “Pero yo tuve un niño así el año pasado en clase“, “Eso lo hacía aquella niña…”. Ese proceso que hacen los vecinos y las vecinas cuando se descubre que un niño o niña ha sido abusado, o aparece asesinado, los que le vieron jugar en el parque, los que sus hijos compartían clase con él o con ella. Y pensamos en esa mirada triste, en aquellas ojeras, en aquella niña que vivía en un centro de protección y los educadores veían cómo siempre temblaba cuando se cerraba una puerta. La misma niña que les insultaba y decía “pasar de ellos”. Y en tantos otros rostros que empezamos a ver al aprender a mirar.

Pedir perdón supone honrar y nombrar el dolor de quien ha sufrido. Darle un nombre lo hace real. Por eso es necesario y legítimo. Y conlleva un compromiso. Una opción que no siempre llega, pero que como sociedad necesitamos para romper el silencio.

Hace años publiqué un artículo aquí en el que hablaba de dos fases del perdón: la integración afectiva de la experiencia vivida, su aceptación, y una segunda, la reconstrucción del vínculo. La primera es parte del proceso de duelo y recuperación. La segunda es una opción personal que nunca puede ser forzada ni puesta como condición en un proceso de sanación. Las víctimas de abuso sexual infantil tienen derecho a perdonar y a no perdonar y ambas pueden ser decisiones protectoras. Pero nunca deberán plantearse el perdón si no viven en una sociedad digna de confianza. Y, por el momento, solo estamos en el camino hacia serlo.

La consciencia nos lleva a saber mirar. Y ver duele. Pedir perdón es el primer paso para ser dignos de confianza.

Pepa Horno

“La mirada al espacio educativo: una propuesta de indicadores para evaluar las escuelas infantiles como entornos seguros y protectores”: artículo de Pepa Horno en la revista Aula de Infantil

El enfoque del trabajo de protección ha cambiado en los últimos años, pasando de entender la protección como la erradicación de cualquier forma de violencia contra los niños, niñas y adolescentes a un modelo integral que comprende la protección como la generación de un entorno seguro y protector que garantice el desarrollo pleno del niño o niña. Y el desarrollo pleno de un niño o niña va mucho más allá de su derecho a no sufrir ninguna forma de violencia.

Desde esta comprensión, la mirada al entorno cambia. El entorno pasa a ser un elemento constitutivo de la intervención que hacemos en cualquier ámbito. La intervención es una vivencia relacional que viene determinada también por el lugar donde tiene lugar. El lugar donde estamos otorga significado a la intervención. Y que dicho entorno sea seguro y protector pasa a ser la condición imprescindible para garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes.

Por ello, desde Espirales CI llevamos años ya impulsando un modelo de indicadores que sirvan para evaluar los entornos donde conviven niños, niñas y adolescentes para poder saber si son entornos seguros y protectores, así como para impulsar los cambios y mejoras necesarios para lograr que lo sean. Sus hogares, las escuelas, los espacios de ocio, los espacios del municipio, los espacios deportivos, los centros de salud y hospitales, los hogares de protección, los espacios de intervención social, las comisarías o los juzgados, entre otros muchos, son espacios que deben ser evaluados desde esta perspectiva.

Portada de la Revista Aula de Infantil, 111, septiembre 2021El artículo “La mirada al espacio educativo: una propuesta de indicadores para evaluar las escuelas infantiles como espacios seguros y protectores” que ha salido publicado en la Revista Aula de Infantil este mes de septiembre de 2021, desarrolla este sistema de indicadores enfocados a las escuelas infantiles. El objetivo es dotar a los responsables de la gestión y dirección de escuelas infantiles de un sistema de indicadores que les permitan evaluar las ya existentes e incorporarlos al diseño de las que se planifiquen en el futuro.

Este sistema de indicadores genera lo que para nosotros es más importante: una mirada consciente al espacio como parte de un proceso educativo inclusivo y protector. Espero que el artículo que hoy difundimos pueda ser una herramienta útil parar generar esa mirada.

Pepa Horno

“El trauma psíquico es de todos”, nuevo libro de Begoña Aznarez con el prólogo de Pepa Horno

Portada del libro "El trauma psíquico es de todos" de Begoña AznárezUno de los pilares de la filosofía de Espirales CI desde su creación fue la construcción de redes. Enlazar a las personas, a los equipos profesionales entre sí. La red es condición de seguridad, legitimidad y rigor técnico tanto como de cuidado humano.

Desde esa construcción de redes hemos conocido a personas extraordinarias y a profesionales que hemos admirado. Y la vida en algunos casos me ha ofrecido el privilegio de poder llegar a generar un vínculo afectivo profundo con algunos de ellos. Y entonces no solo les admiras profesionalmente, sino que les quieres. Begoña Aznárez es uno de esos ejemplos.

Begoña es una terapeuta que está creando escuela. No solo para las personas que atiende, sino a través de todos los profesionales a los que está formando y acompañando desde la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología (SEMPyP). Tiene una característica poco habitual en nuestro gremio que es la capacidad de hacer simple lo complejo, de explicar de forma sencilla los grandes conceptos técnicos de la psicología. De esta forma, logra hacerlos cercanos y comprensibles no solo para los profesionales, sino para las familias y para los niños, niñas y adolescentes con los que trabajamos. Su congruencia humana y su capacidad de estructurar el proceso terapéutico son algo único. El libro El trauma psíquico es de todos es un ejemplo perfecto de esta capacidad. En él desarrolla un modelo técnico de abordaje del trauma en infancia y adolescencia dándole forma en una serie de lecciones. Pero va más allá, visibilizando el trauma de los niños, niñas y adolescentes como una responsabilidad comunitaria. De ahí su título.

El concepto de “trauma” es esencial para cualquier profesional que quiera trabajar con rigor y actualización técnica en el ámbito de protección. El conocimiento y avances que ha supuesto la psicología del trauma en la intervención exige a los profesionales que quieran desarrollar su trabajo con eficiencia formarse sobre trauma. Desde Espirales CI estamos promoviendo dicha formación  y toda una serie de materiales sobre esta temática, empezando por el manual Acompañando las heridas del alma. Trauma en la infancia y adolescencia que ha desarrollado F. Javier Romeo. Por eso recibir un libro como el que publica esta semana Begoña es un regalo.

Pero es que el regalo fue doble. Porque Begoña me pidió que escribiera el prólogo de este libro. Un honor para mí como profesional, pero sobre todo como persona. Así que acabo esta entrada transcribiendo literalmente el prólogo que escribí, en la confianza de que os anime a leer un libro que da luz mucho más allá de lo profesional.

El prologo dice así:

“Quienes trabajamos con personas sabemos que la eficacia de lo que hacemos no depende tanto de qué hacemos como del modo en que lo hacemos. Es en gran medida la forma en que desarrollamos nuestro trabajo el que marca su eficacia. No es mejor profesional quien más sabe sino quien es capaz de encontrar un modo sencillo y claro de explicar los procesos y abordarlos de forma eficaz. Tanto más cuando se trata del alma humana y su dolor.

Somos muchos los que llevamos años esperando este libro. Anhelando que Begoña encontrara el tiempo y la paz suficiente para escribirlo. Porque ella aúna ese “qué” con un “cómo” luminoso. Pero sus pacientes siempre iban antes, cada alma y su historia, cada trauma y su huella, cada niño o niña y su magia.

Begoña es una de las mejores profesionales que he conocido. José Luis [Marín] diría, en ese estilo polarizado que a Begoña le gusta tanto, que es la mejor. Y ha sido maestra y guía de más profesionales de los que ella puede imaginar. Por eso escribir este prólogo es en sí mismo un honor y un regalo. Ella sabe que he dedicado mi vida profesional a dar voz a las personas cuya historia de trauma hizo enmudecer, a romper ese silencio del que habla desde el comienzo. Y ha sido en parte gracias a ella.

Pero Begoña es algo más: es maga y vuela. Por eso cuando empiezas a leer las páginas de este libro te llega una sensación de incredulidad. Parece imposible describir de una forma tan sencilla lo complejo y nombrar el sufrimiento de una forma tan luminosa y valiente. Cuando avanzas en su lectura te vas dando cuenta de que sus páginas te van dejando sin excusas: como terapeuta para incorporar su propuesta técnica a tu trabajo y como persona para mirar o revisitar tu propia narración.

Es todo un reto el que Begoña se propone: hablar sobre el trauma tanto a las personas ajenas al ámbito psicoterapéutico pero que conocen el trauma (consciente o inconscientemente) y se reconocerán en muchos pasajes del libro como a profesionales de la psicología y la medicina. Ella lo dice claro: “lo que sana es el vínculo”. Y a lo largo de las páginas ella nos guía con sensibilidad, sincronía y presencia.

Este libro genera memoria explícita semántica en más de un nivel. Y mentaliza las intuiciones y sensaciones de “tripas” que muchos hemos tenido a lo largo de nuestra trayectoria profesional. Rompe el silencio. Y para quienes hemos tenido el privilegio de escuchar a Begoña en formaciones o conferencias es toda una reexperimentación, casi como estar escuchándola. Estas páginas desarrollan un abordaje terapéutico para intervenir con personas con historias de trauma. Existe poca literatura que describa los modelos técnicos de intervención de forma que puedan ser generalizados. Necesitamos lograr que los profesionales de la psicología y de la medicina sean capaces de leer la historia de trauma que hay detrás de la sintomatología emocional, conductual y somática. Esa mirada consciente que permite ver el horror, el miedo y el valor de la supervivencia.

Porque déjenme que acabe este prólogo eligiendo mi lección. Elijo la 48. El vacío, el horror, el valor, la sanación. Pocas veces he leído un resumen que honre mejor a todas las personas que han encontrado su forma única, propia y valiente de sanar su historia de trauma. Y la luz que nos llega cuando en la lección 52 nos habla de ese “vínculo sano y sabio con nosotros mismos”… ese que vemos aparecer en el alma, los ojos, las acciones y la sonrisa de las personas en el contexto terapéutico. Ese que da sentido a lo que hacemos. Ese que, con suerte, logramos con nuestro niño o niña interior”.

Poco más puedo añadir. Salvo, una vez más: gracias, Begoña.

Pepa Horno

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