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Guía “La afectividad consciente como competencia organizacional en Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe” de Pepa Horno

La guía La afectividad consciente como compentencia organizacional en Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe, redactada por Pepa Horno, que presentamos hoy es la otra pieza clave junto con la guía La promoción de entornos seguros y protectores que difundimos hace unas semanas, del proceso organizacional impulsado por la Oficinal Regional de Aldeas Infantiles SOS en América Latina y el Caribe para generar unos estándares de calidad para la intervención con niños, niñas y adolescentes tanto en sus programas comunitarios como en los cuidado alternativo.

Los dos conceptos clave que desde Espirales CI trabajamos hace años para garantizar la protección y la plena implementación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes en el sistema de protección son los entornos seguros y la afectividad consciente.

La clave de la protección es generar los llamados “entornos seguros y protectores”, entornos donde las personas puedan llegar a desarrollarse plenamente, donde puedan ver respetados sus derechos y que estén libres de cualquier forma de violencia. De esta forma, aunque una persona quiera agredir a otra no podrá hacerlo porque el entorno no le brindará posibilidad u oportunidad para ello.

Pero para lograr generar estos entornos seguros y protectores necesitamos promover la afectividad consciente como una competencia profesional y organizacional. Un entorno solo es seguro si es un entorno afectivo. Generar un entorno seguro y protector es condición para una intervención de calidad y garante de los derechos humanos de las personas que viven en él. Esto es aplicable a:

  • Cualquier entorno de trabajo con personas, pensemos en una oficina de cualquier empresa u organización.
  • Los entornos de cuidado de personas, pensemos en hospitales o residencias.
  • Los entornos educativos como las escuelas o los centros de ocio y tiempo libre.
  • Los entornos de cuidado de personas que sufren, y sobre todo de niños, niñas y adolescentes que pueden estar sufriendo, como los hogares de cuidado alternativo o centros de protección.

Si se pretende lograr que todos estos entornos sean entornos de desarrollo pleno, respeto a los derechos humanos de quienes viven en él, y espacios de recuperación, rehabilitación o reconstrucción personal, hemos de lograr que todos ellos sean entornos cálidos y afectivos. Y esta pasa a ser una obligación profesional de aquellos profesionales responsables de ese entorno.

La afectividad en el entorno no puede depender de las características personales del profesional que esté de turno, sino que debe ser considerada como un criterio de calidad del trabajo que allí se desarrolla. No hablamos de una opción personal, sino de una obligación profesional. Y ese es el cambio de mirada que se propone que implica un reto profesional y organizacional.

Por eso la competencia de la que hablamos no es solo “la afectividad”, que puede surgir de forma natural entre dos personas, sino “la afectividad consciente”, que es la competencia que pone en marcha cada profesional cuando comprende que debe optimizar la relación humana en su trabajo y generar un entorno seguro y protector desde el que la gente que está a su cargo (bien el equipo humano que dirige o bien las personas que ese equipo tiene a su cuidado) pueda desarrollar un trabajo de calidad y de mayor eficacia y rendimiento. La eficacia en un entorno de cuidado viene medida por la mejora o recuperación de las personas que se tienen a cargo. En una organización como Aldeas Infantiles SOS, que trabaja desde un enfoque de derechos del niño, la eficacia de su trabajo viene medida por la plena implementación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes que tiene a su cargo, como la protección, su desarrollo pleno o la educación, entre otros.

De ese modo la afectividad consciente lleva al profesional a poner consciencia en la relación humana, y sistematizar en los pequeños detalles cotidianos esa calidez y seguridad necesarias para que las personas trabajen de forma eficiente, si es un responsable de equipo, o para que las personas puedan desarrollarse plenamente, si es un responsable educativo o de un entorno de cuidado.

La afectividad pasa a ser una competencia profesional que ha de ser tenida en cuenta en los procesos de selección de personal de aquellos profesionales que vayan a asumir el liderazgo de equipos humanos o roles de cuidado de otras personas. Una competencia que ha de promoverse internamente como característica de los entornos de trabajo de una organización o institución generadora de un clima laboral positivo. Y una competencia que debe considerarse un criterio de calidad técnica profesional y como tal debe ser evaluada en los procesos de promoción interna o evaluación de desempeño.

El trabajo con personas, y la mayoría de los roles profesionales lo son, se desarrolla no solo desde el conocimiento técnico sino desde la relación humana. Y esta relación debe ser incorporada conscientemente al desarrollo profesional de los equipos. Especialmente cuando se trata de entornos de cuidado.

La guía que presentamos hoy recoge la definición de la afectividad consciente como competencia profesional, las habilidades que se incluyen en su desarrollo, así como técnicas concretas de selección de personal y evaluación de desempeño para su implementación en cualquier entorno laboral. Está desarrollada específicamente para los programas de Aldeas Infantiles SOS en la región de América Latina y el Caribe, pero cuando la leáis veréis que puede trasladarse a cualquier entorno profesional.

Quiero aprovechar para dar las gracias a la oficina regional de América Latina y el Caribe de Aldeas Infantiles SOS por la confianza puesta en mí para este proceso y a todos los responsables de la red regional de recursos humanos y de protección sin cuyos aportes hubiera sido imposible realizar esta guía.

Como veréis al leerla, el simple hecho de poner consciencia en la dimensión relacional del trabajo profesional contribuye a transformarlo e incrementar su calidad técnica y su eficacia.

Espero que os resulte de utilidad.

Pepa Horno


Actualización a 21 de diciembre de 2018

Ahora disponible en inglés / Now available in English: Conscious affection as an organizacional competence at SOS Children´s Villages in Latin America and the Caribbean.

Entrevista a Pepa Horno sobre violencia infantil en España para UNICEF Comité Español

Hace unos días el UNICEF Comité Español me ofreció la oportunidad de participar en un Facebook Live en su página web cuyo vídeo está teniendo una difusión muy grande estos días.

La temática era sobre la violencia infantil en España y la necesidad surgía de la alarma social creada por los últimos casos de agresiones cometidas por adolescentes en nuestro país.

Este es el vídeo por si queréis verlo. Es algo largo, dura cuarenta minutos. Tal y como dije antes de que tuviera lugar, la violencia infantil en España es un tema doloroso, complejo y delicado y es necesario tratarlo con la extensión que merece para que no quede reducido a una serie de titulares reduccionistas, y como tales falsos en cualquiera de sus sentidos.

Junto con el vídeo, quería también difundir las fuentes de donde surgieron los datos que mencioné. Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística sobre defunciones de niños, niñas y adolescentes en 2016. Por otro lado, el estudio sobre polivictimización de niños, niñas y adolescentes en el sistema de protección y reforma de Noemí Pereda, Judit Abad y Georgina Guilera de 2014, “Victimización en jóvenes de protección a la infancia y la adolescencia y de justicia juvenil”.

Llevo más de veinte años trabajando en esta temática y he visto el cambio social que se está dando hacia esta problemática, que supone uno de los rostros más dolorosos del ser humano. La violencia contra los niños, niñas y adolescentes y la que ellos mismos ejercen nos genera miedo, cuestiona nuestra seguridad básica, esa sensación que todos necesitamos tener de que estamos a salvo, de que la gente que amamos está a salvo, y sobre todo, de que nuestros niños y niñas están a salvo. A salvo de ser víctimas de una agresión y a salvo de agredir a otra persona, sea otro niño o niña o un adulto.

A mí misma me sucede. Cada vez que me entrevistan vuelvo a mirar las estadísticas. Y las cifras son tan brutales, y año tras año tras año siguen sin ser atendidas, que yo misma me obligo a no mirar demasiado las estadísticas. Mirarlas me provoca el mismo dolor de tripa con el que me acosté la noche anterior a este vídeo, las mismas lágrimas, el mismo dolor. El mismo, no. Más. Porque llevamos muchos años sabiendo lo que tenemos que hacer sin hacerlo. Muchos años permitiendo muertes de niños, niñas y adolescentes. Muchos años mirando hacia otro lado.

Esto no es nuevo, el ser humano mira hacia otro lado muy a menudo ante lo que le confronta con su fragilidad y con su miseria. Miramos a otro lado cuando son los niños y niñas de otros más fácilmente que cuando son los nuestros. Pero lo hacemos. Lo hacen los gobernantes, lo hacen los políticos, pero lo hacen también los que definen los currículos académicos de las profesionales relacionadas con niños que siguen sin cambiarlos para incluir en los programas académicos el maltrato de forma que la gente que debe detectarlo: médicos, maestros, psicólogos, trabajadores sociales, educadores sociales… sepan cómo hacerlo. Lo hacen todos y cada uno de los profesionales que saben, intuyen o tienen la certeza y miran para otro lado. Lo hacemos las familias cuando decidimos no hablar de ello a nuestros hijos e hijas. Lo hace cada ciudadano que oye, intuye, mira y decide no denunciar.

Y año tras año sigo mirando una sola cifra. No voy siquiera a las cifras grandes, voy a la pequeña y más extrema. Voy a los asesinatos y suicidios de niños, niñas y adolescentes. En 2016, 17 niños y niñas asesinados en homicidios y 70 que se han suicidado. Y cada cierto tiempo cuando me dan la oportunidad como me la dieron aquí, salgo públicamente y lo digo, con una mezcla de congoja, llanto y grito.

Porque es verdad que han cambiado muchísimo las cosas, y a mucho mejor. Es innegable el avance social ante este tema, el cambio de actitud y la visibilidad que está teniendo. Son reales los recursos destinados a abordarlo, el avance de los recursos especializados para atender a los que son víctimas de maltrato, a los adultos que lo fueron de niños y siguen sufriendo por ello y a los niños, niñas y adolescentes que agreden a otros. El avance es innegable y da sentido a lo que hacemos muchos otros y yo.

Pero se nos siguen muriendo. En un año 87. 87. Y ni siquiera conocemos las caras de muchos de ellos. Ni sus nombres. Ni su dolor. Y no son más que el extremo de un dolor indescriptible que anida en los que sí sobrevivieron, los niños y niñas que siguen sobreviviendo y los niños y niñas que viven aún temblorosos en el alma de tantos y tantos adultos que trabajan y viven con nosotros.

Y cuando la noche anterior miraba las cifras y la rabia y la angustia se apoderó de mí, el dolor por ese dolor invisible dentro de nuestra propia casa, volví otra vez a una promesa que me hice hace mucho tiempo: seguiré gritando sus nombres.

Pepa Horno

Pd. Si alguien quiere saber más sobre esta temática, dejo aquí enlazadas varias entradas de blog que escribimos hace tiempo sobre la temática. Por un lado, el análisis político sobre la situación de la violencia contra la infancia en España que publicamos cuando se creó en el 2014 la subcomisión sobre violencia contra la infancia en el Congreso de los Diputados. Por otro, un post que publiqué en el blog de No me pidan Calma que llamé Contabilizar nuestros muertos sobre el número de muertes violentas de niños, niñas y adolescentes en nuestro país. Y otra entrada que publicamos sobre la importancia de dar voz a las víctimas. Y por último, la guía mencionada que elaboramos para UNICEF Comité Español en su programa de Ciudades Amigas de la Infancia con iniciativas que los municipios pueden desarrollar para abordar esta problemática.

Investigación y guía de buenas prácticas sobre acogimiento familiar y residencial elaboradas para UNICEF Comité Español

Dentro del trabajo que realizamos en Espirales Consultoría de Infancia hay proyectos que adquieren profundidad y un significado especial para todo el equipo. Estos dos documentos que presentamos hoy son uno de ellos.

Un lugar donde quedarse. Atención a niños, niñas y adolescentes en acogimiento en el sistema de protección en España es el resumen ejecutivo de la investigación cualitativa que hemos realizado desde febrero a julio de 2017 para UNICEF Comité Español sobre la situación del acogimiento familiar y residencial . Aparte de ciertos aspectos a nivel estatal, la investigación se centró en nueve comunidades autónomas: Andalucía, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Comunidad de Madrid, Galicia y País Vasco. Estas comunidades fueron elegidas como muestra representativa del estado por dos criterios: por su representatividad poblacional y por el número de niños, niñas y adolescentes en acogimiento en su territorio.

En cada comunidad se realizó un análisis de los datos estadísticos, los presupuestos, el marco legislativo y la documentación disponible en las páginas web de las administraciones correspondientes. Asimismo, se entrevistó a las administraciones responsables, a profesionales del sistema de protección, expertos académicos y a entidades colaboradoras, así como a instituciones responsables de la vigilancia del cumplimiento de los Derechos del Niño a nivel estatal y en los distintos territorios. En total se entrevistó a 160 personas.

Asimismo, se realizó un trabajo de campo consistente en la visita a un mínimo de dos centros de protección en cada comunidad autónoma, con un grupo focal con los niños, niñas y adolescentes residentes en cada centro y un grupo focal a familias acogedoras del programa de acogimiento familiar de cada comunidad. La guía recoge testimonios de estas entrevistas y grupos focales.

Uno de los dos objetivos de esa investigación era identificar referentes de buena práctica y establecer recomendaciones de mejora de la atención a los niños, niñas y adolescentes en acogimiento familiar y residencial en España. Para ello elaboramos el segundo documento que presentamos hoy El acogimiento como oportunidad de vida. Esta guía, como dice su subtítulo, es una guía de “Referentes de buena práctica y recomendaciones para una atención idónea a los niños, niñas y adolescentes en acogimiento familiar y residencial”. Recoge todos los modelos de buena práctica identificados en las diferentes comunidades autónomas, así como un marco de trabajo de referentes de buena práctica que puedan guiar la mejora de la atención en acogimiento familiar y residencial.

Este trabajo fue realizado por el equipo de Espirales Consultoría de Infancia, Pepa Horno Goicoechea y F. Javier Romeo Biedma, junto con Áurea Ferreres Esteban, Lourdes Juan Torres, Hernán Valobra Marchi e Itziar Fernández Cortés. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a todos ellos sin quienes este trabajo habría sido imposible de realizar, no solo por su envergadura sino por lo sensible de su contenido y la realidad que se analizaba. Queremos también agradecer al Equipo de Incidencia Política y Estudios de UNICEF Comité Español su confianza en nosotros y la claridad de su opción al visibilizar un tema tan necesario como escasamente atendido hasta ahora.

Pero también queremos desde aquí dar las gracias a cada una de las personas que colaboró e hizo posible este trabajo. A las administraciones públicas y sus responsables técnicos que nos apoyaron y colaboraron en su realización, a cada uno de esos 160 profesionales que entrevistamos, a cada familia de los grupos focales que brindó testimonio valiente y honesto de su proceso como familias acogedoras y sobre todo, a todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes que nos dijeron en los grupos focales: “Cuenta esto”. Lo contamos lo mejor que pudimos y supimos, y esperamos que todos ellos así lo sientan.

A partir de aquí, ahora que el trabajo está publicado, sólo nos queda desear que sea una herramienta útil para la mejora de la atención a los niños, niñas y adolescentes en acogimiento familiar y residencial en España.

Pepa y Javier

Nuevo libro “La mirada consciente en los centros de protección” de Pepa Horno, Antonio Echeverría y Antonio Juanas

En los últimos años he tenido el privilegio de desarrollar un proceso de supervisión en ocho centros de protección dependientes del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) en Mallorca. Un proceso que ha transformado el proyecto educativo de los centros, sus reglamentos, sus pautas de actuación, el clima de los equipos y, como consecuencia de todo eso, la vida de los niños, niñas y adolescentes que viven en esos centros.

El proceso ha sido un reto. Un reto que comenzó por la visión, la profesionalidad y el entusiasmo de Marisa Martín, que entonces era directora de los centros de menores del IMAS y que fue quien me contrató para realizar la supervisión en los cinco centros de gestión pública, y posteriormente por el empuje, coherencia y profesionalidad de Guillem Cladera que me llevó a trabajar el mismo proceso pero con más tiempo de seguimiento con los centros de gestión conveniada en la Fundació Natzaret y la Asociación Amés. En todo este camino me acompañó Antonio Juanas realizando la parte del trabajo corporal que propusimos como parte del proceso de supervisión a los equipos a través de la metodología de la biodanza. Y a la hora de escribir este libro contamos con Antonio Echevarría, que como educador referente del Centro Puig des Bous asumió la responsabilidad de llevar a la práctica varios de los proyectos que se incluyen en el libro.

El proceso fue sobre todo un reto para los equipos con los que trabajamos. Se les propuso un cambio de MIRADA muy potente y un cambio en su modelo de intervención, que pasaba de un modelo cognitivo-conductual a un modelo basado en el vínculo, que generó mucha inseguridad y miedo al principio. Pero los equipos de los ocho centros recogidos en el libro decidieron seguir adelante con el proceso. Por eso quisimos recoger su vivencia de forma directa. En el libro se transcriben testimonios directos recogidos en cuestionarios anónimos que se pasaron a los profesionales de los equipos que siguieron el proceso hasta el final. Los testimonios hablan por sí mismos y dan un valor de verdad al texto.

Porque en este libro, no solo yo, sino Antonio Echeverría y Antonio Juanas, con quienes he tenido el privilegio de escribirlo, quisimos reflejar la vivencia más allá de la teoría. Una vivencia que no sólo transformó los centros, sino a nosotros mismos.

La mirada consciente en los centros de protección recoge el marco teórico del proceso de supervisión, las técnicas, proyectos y actividades que se han implementado en los centros con su metodología correspondiente que permita su replicación, así como los modelos de reglamento, normativa y otros documentos varios de referencia que se desarrollaron a partir del proceso (leed el protocolo de fugas, por ejemplo, lo sistematizó el equipo de AMES y refleja muy bien lo radical que era la apuesta de cambio para los equipos en algunos aspectos) y la descripción y evaluación del proceso por parte de los equipos.

La mirada consciente en los centros de protección. Cómo transformar la intervención con los niños, niñas y adolescentes ha sido publicado por la editorial CCS, a quienes los tres autores agradecemos la valentía de publicar un texto que refleja un ejemplo concreto de proceso transformador de intervención, un ejemplo REAL, no teórico, y VIABLE. Es necesario sistematizar las experiencias de trabajo en intervención social de forma que puedan ser generalizadas.

Y acabo esta entrada que pretende ser invitación a la lectura de “La mirada consciente” con dos párrafos que cierran la introducción del libro que escribimos los tres juntos, porque reflejan su sentido:

Es importante mantener una mirada positiva y realista hacia la posibilidad de cambio de los equipos, como se la pedimos a ellos sobre los niños, niñas y adolescentes con los que trabajan. Si creemos que nada va a cambiar, nada cambiará. Este libro demuestra que es posible.

Ver la transformación de los centros, los procesos de los equipos, las sesiones de biodanza con las y los educadores y niños y niñas juntos o a los niños y niñas cosechando los frutos de un huerto nos ha llegado al corazón. Hemos visto rostros en niños y niñas con los que trabajamos, miradas y gestos en ellos y manifestaciones de afecto entre educadores y chicos que no habíamos presenciado antes. Este aprendizaje vivencial es difícil de plasmar en un libro, pero es el motivo último que nos lleva a escribirlo.

Pepa Horno

“Honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso sexual infantil a lo largo de la vida”, artículo de Pepa Horno en Sal Terrae

Este mes de julio de 2017 el número 105 de la revista Sal Terrae, de gran difusión y relevancia en el ámbito de la Iglesia Católica, se dedica en exclusiva al abuso sexual infantil. Este de por sí es un hecho a destacar: la valentía que demuestra el Grupo Loyola de Comunicación a la hora de afrontar con claridad y profundidad una problemática tan grave.

En ese sentido, quiero agradecer la confianza que el consejo redactor depositó en mí para desarrollar el artículo sobre el acompañamiento a las víctimas del abuso sexual infantil a lo largo de la vida. Es un tema que me toca personal y profesionalmente y en el que llevo muchos años trabajando. Precisamente por eso fui consciente desde el primer momento de la relevancia de este artículo, tanto por su enfoque como por la revista donde iba a ser publicado.

En el artículo “Honrar su dolor: el acompañamiento a las víctimas de abuso sexual infantil a lo largo de la vida” he intentado reflejar los esquemas cognitivos y afectivos que quedan anclados en los niños, niñas y adolescentes que son víctimas de abuso sexual y con los que tienen que aprender a vivir, y muy a menudo a pelear, a lo largo de toda su vida. Son esquemas sobre el mundo, sobre su propia identidad y sobre las relaciones con los demás. Esquemas que son complejos, radicales y sutiles al mismo tiempo y que explican mucha de la patología y problemáticas que puede afrontar un hombre o mujer que fue fruto de abuso sexual en su infancia o adolescencia.

Reflejar la profundidad de la herida del abuso y al mismo tiempo la inmensa posibilidad de resiliencia de los hombres y las mujeres que fueron víctimas de abuso cuando eran niños, niñas o adolescentes fue un gran reto para mí como profesional y como persona.

Asimismo abordo las condiciones necesarias para desarrollar un proceso de acompañamiento respetuoso hacia la persona. Una actitud en quien acompaña, sea desde el contexto personal o institucional, que “honre su dolor”. Y desarrollo las falsas creencias sobre el abuso y el proceso que puede seguir una víctima a lo largo de la vida, creencias que dificultan ese proceso en el entorno de las víctimas, pero también a nivel social e institucional. Por eso quiero acabar este post transcribiendo literalmente el párrafo con el que cierro el artículo y que, gracias a la cortesía del consejo editorial de la revista, podemos adjuntarlo de forma íntegra en versión PDF:

Como conclusión, si no se pudo impedir el abuso sexual, la sociedad y las instituciones que la representan están obligadas a ofrecer a las personas que fueron víctimas recursos de calidad para su recuperación, así como a reconocerles su derecho a vivir esa herida como puedan, sepan o quieran, sin establecer límites de tiempo ni formas recomendables o censurables. No todas las personas que fueron víctimas de abuso sexual infantil necesitan mostrarse públicamente, ni todas se calificarán a sí mismas como “supervivientes”. Pero que no lo hagan no significa que no lo sean. Y como sociedad les debemos ese reconocimiento público, la garantía de un proceso de recuperación de calidad y las medidas institucionales, sociales y políticas necesarias para prevenir y erradicar el abuso sexual infantil” (p. 640).

Desde Espirales CI os recomendamos también la lectura del monográfico entero del número 105 de julio-agosto de la revista Sal Terrae al que podréis acceder a través de la suscripción a la revista aquí.

Pepa Horno

“Educando la alegría”: nuevo libro de Pepa Horno

Tengo el placer de presentaros el nuevo libro que he publicado con la Editorial Descleé De Brouwer y que está disponible desde este mes: Educando la alegría.

Y para hacerlo os quiero copiar literalmente el epílogo del libro. Es un texto especial para mí que resume las razones por las que escribí este libro. Porque este libro nace de mi experiencia en la supervisión de centros educativos y de protección, así como del trabajo con familias, pero nace sobre todo de una preocupación por lo que me voy encontrando en ese trabajo. Nace con el objetivo de brindar estrategias prácticas a familias y educadores para cultivar con consciencia y de forma sistemática la emoción de la alegría en los niños, niñas y adolescentes.

Espero de verdad que os guste y os sirva a quienes desde vuestras familias o en vuestro trabajo asumís el rol de cuidado de cualquier niño, niña o adolescente.

Aquí va el epílogo del libro:

“EPÍLOGO: CARTA A QUIENES EDUCAN

A ti, que me estás leyendo:

Antes de acabar este libro, quiero contarte algo. En mi vida he encontrado una “regla no escrita” que dice así: “A más, más, a menos, menos”. Cuanto más ponemos de algo, más nos llega. Cuanto menos, menos nos llega. Se cumple para lo físico, para lo emocional, para lo social… Piensa en ejemplos. En lo corporal: cuanto más comes, más comes; cuanto menos comes, menos comes. En lo afectivo: cuanto más amas, más amas; cuanto menos amas, más difícil te resulta amar. En lo material: cuantos más bienes tienes, más te llegan; cuantos menos bienes tienes, menos te llegan.

Se trata, por tanto, de elegir qué cultivar. En este libro yo te he propuesto cultivar la alegría. Y cultivarla como una opción consciente. Convertirla en una herramienta educativa clave y de forma sistemática, no ocasional. Que sea el motor emocional que posibilite el desarrollo pleno de nuestros niños, niñas y adolescentes. Porque si tengo razón, a más alegría, llegará más alegría y a menos alegría, ellos y ellas sentirán menos alegría. Y sin alegría no hay movimiento, ni intimidad, ni crecimiento ni resiliencia. Ni, sobre todo, valor. Y éste es el último mensaje con el que quiero cerrar este libro.

Vivimos en un mundo que cultiva el miedo en nuestros niños y niñas, a veces de forma consciente, otras de forma completamente inconsciente. Escuchan constantemente los peligros que les pueden llegar, lo mal que va el mundo. Crecen inundados de información sobre todo lo horrible que el ser humano es capaz de llegar a hacer, que ciertamente, es mucho. Muchísimo. Tanto que abruma. A ellos y a nosotros. Nos deja impotentes, nos hace sentir pequeños y muy, muy asustados.

El ser humano es capaz de “lo mejor” y de “lo peor”. Pero las historias sobre “lo mejor” no tienen lugar. Ni en lo público, ni a menudo en lo privado. Las personas que hacen cosas increíbles no salen en los medios de comunicación, se habla poco de ellos y ellas en la educación y en el ámbito privado a veces da casi vergüenza hablar de lo que te hace feliz, de lo que te llena y te hace sentir vivo. Dedicamos mucho tiempo a las preocupaciones y angustias, que además en determinados contextos socioeconómicos o sociopolíticos se disparan exponencialmente y nos inundan.

Quizá es mi sensación sólo. Pero es una sensación que se ha ido paulatinamente convirtiendo en preocupación a lo largo de estos años y me ha llevado a escribir “Educando la alegría”. Veo lo claro que tienen los niños y niñas los motivos para tener miedo. Les veo resignados. Les veo o bien sobreimplicados en el propósito de responder a las expectativas de un mundo hostil y muy complicado o bien abandonando el intento de conseguir estar a la altura de ese mundo. Y a muchos que no logran resignarse, les veo siendo señalados: los que preguntan en exceso y cuestionan las normas, los que se mueven demasiado, los que se enfadan y no logran manejar ese enfado.

Lo veo en mi vida personal en la crianza de mi hijo, de mis sobrinos, de los niños y niñas a los que quiero y con los que convivo. Pero lo veo más si cabe en mi vida profesional cuando doy los cursos a las familias y a los profesionales, cuando hago supervisiones en centros de protección o cuando trabajo con centros educativos que quieren transformar el modelo educativo del centro. Es desde esa doble perspectiva, la personal y la profesional, desde la que he querido ofrecer una propuesta para sistematizar la alegría en la educación.

Veo a las familias y a los profesionales más conscientes que nunca. El modelo de crianza cambió, la intimidad y presencia en el cuidado que hay en muchos hogares no tiene referente previo. O en mi ámbito profesional, todo el movimiento que se lleva dando desde hace unos años en la llamada educación alternativa o la incorporación del vínculo afectivo y la educación emocional en el trabajo con niños y niñas. El cambio es real. Y es un cambio para bien. Pero a veces siento que a ese cambio le falta consciencia y sistematización. Por eso he intentado centrar este libro en propuestas sistematizadas que den continuidad y estructura a esa opción por la alegría, a ese cambio.

Creo que ya nadie pondría en duda que hay que educar a los niños, niñas y adolescentes desde el vínculo afectivo, desde la estimulación y desde la protección. Pero es en el “cómo” hacerlo donde surgen los problemas. Quienes educamos queremos generar personas plenas y felices. Y nos hacemos responsables de nuestro papel en ello. Pero nuestra historia afectiva, nuestra memoria corporal, nuestros propios miedos… son la base del “cómo” educamos. Y esa parte no siempre queremos mirarla. Por eso tanto empeño en hablar del autocuidado en estas páginas. Mirarnos hacia dentro cambia nuestra mirada hacia fuera.

Y luego está el cansancio. Porque una educación con consciencia, tanto en las familias como en los centros educativos o de protección, conlleva cansancio. El control, los mandatos y el orden son menos cansados. Son más destructivos, pero son esquemas más fáciles de seguir. Y generan personas más sumisas, o más enfadadas, depende. Pero en cualquier caso generan niños, niñas y adolescentes pendientes de la aprobación de quien les educa.

En mi experiencia, a los niños, niñas y adolescentes les cuesta saber qué quieren ellos y ellas. No sus familias, ni sus maestros, ni sus educadores. Ellos mismos. Qué quieren hacer, en qué quieren participar, dónde quieren vivir… Saben lo que se espera de ellos, pero no siempre si es lo que quieren.

Se sienten sobrepasados por la exigencia de un mundo ferozmente competitivo y una visión negativa del ser humano; por la cantidad de información que manejan que no siempre han podido procesar ni corporal ni emocionalmente y por la imposibilidad de tener referentes de trascendencia porque todos los que había (ideológicos, sociales o religiosos) parecen haber mostrado ser en parte un engaño. Diría que quizá sobreviven sólo como referentes el afecto personal (el valor de la familia, la pareja y la amistad no ha desaparecido en ellos y ellas) y el dinero. Referentes muy diferentes entre sí, pero cuya eficacia la ven en su día a día cotidiano.

Por eso muchas veces les falta tener valor para perseguir aquello que desean. Porque volvemos al comienzo. El valor se educa. A más a más, a menos a menos. Y al valor se llega a través de la alegría. Les inculcamos miedo. Obtenemos miedo. Les inculcamos impotencia. Generamos resignación o enfado.

La alegría (también la esperanza y el amor) es arriesgada porque le da valor a la persona, puede transformarla. Y con la persona y a través de la persona, es un motor emocional que puede cambiar el mundo. La pregunta sigue siendo si quienes tenemos el privilegio de educar asumiremos ese riesgo. ¿Optaremos con consciencia y de forma sistemática por educar la alegría?

Lo dejo aquí. Gracias por acompañarme en este viaje y por hacer todo esto posible.

Te mando un abrazo. No cualquiera: uno de esos que alimentan la alegría.
Pepa”

“Los municipios ante la violencia entre niños, niñas y adolescentes”, guía de actuación para los municipios de UNICEF Comité Español

La violencia entre niños, niñas y adolescentes es una problemática que está siendo mayoritariamente abordada como un problema escolar y a menudo también como un sufrimiento que afecta solo a las familias directamente implicadas. Sin embargo, esta concepción es muy limitada. La violencia entre niños, niñas y adolescentes es un problema que afecta a toda la comunidad, que trasciende a la escuela y que tiene lugar en todos los ámbitos de convivencia entre niños, niñas y adolescentes. Una violación de los derechos de los niños, niñas y adolescentes residentes en los municipios ante la que los municipios han de asumir su parte de responsabilidad a través de un rol activo en la prevención, detección y coordinación de la actuación ante la problemática.

unicef_municipios_ante_la_violenciaPor eso hoy estoy feliz de poder difundir la guía Los municipios ante la violencia entre niños, niñas y adolescentes. Guía de actuación ante las diferentes formas de violencia entre niños, niñas y adolescentes en el ámbito municipal que hemos elaborado Áurea Ferreres y yo para UNICEF Comité Español en su programa Ciudades Amigas de la Infancia.

La guía se elaboró con tres objetivos básicos:
1. Lograr que se visibilice la violencia entre niños, niñas y adolescentes como un problema comunitario, no solo escolar.
2. Promover un rol activo y responsable de los municipios en el diseño de estrategias de prevención y detección eficaces.
3. Visibilizar las diferentes manifestaciones de la violencia entre niños, niñas y adolescentes.

La idea fue elaborar una herramienta breve y útil que brinde al personal técnico que trabaja en los municipios en cualquiera de los ámbitos relacionados con infancia y adolescencia un marco de actuación para el diseño de acciones de prevención, detección y actuación ante la violencia entre niños, niñas y adolescentes.

La guía recoge enlaces a materiales de referencia y experiencias de buena práctica que ya se están desarrollando en otros municipios y que pueden servir de referencia para impulsar nuevas acciones en otros municipios, así como entrevistas con algunos actores clave.

Es, por lo tanto, un material que pretende ante todo ser útil y eficaz. Desarrolla los contenidos clave a trabajar en la prevención, así como las acciones más importantes a impulsar en los municipios tanto en la prevención como en la detección de los casos de violencia entre niños, niñas y adolescentes.

entrevista_unicef_pepa_horno_2016La guía está disponible en tu totalidad a en la web del programa Ciudades Amigas de la Infancia de UNICEF. Esperamos que su contenido, así como la entrevista que acompaña su presentación os resulten útiles.

Quiero agradecer a UNICEF Comité Español y a su equipo la confianza depositada en nosotras para la realización de este trabajo. Gracias por una propuesta que detecta una necesidad a la que hemos tratado de dar una respuesta de calidad. Y gracias a las personas que contribuyeron a él con sus conocimientos en las entrevistas realizadas en el marco del proyecto, así como a Carlos Becedóniz por su revisión.

No siempre el trabajo que hago y hacemos tiene un reflejo tan concreto y tan visible. Solo espero que contribuya a su fin último: transformar los municipios en espacios afectivos y protectores para los niños, niñas y adolescentes que viven en ellos. Lugares donde no tengan miedo ni necesiten esconderse ni ocultarlo, donde puedan pedir ayuda porque haya una red tejida a su alrededor de familias y profesionales conscientes, formados y dispuestos a actuar y no mirar para otro lado.

Pepa Horno

Entrevista a Pepa Horno sobre familias y educación

gestionando-hijosEsta semana ha salido publicada una entrevista que realicé para Gestionando hijos. Es una web sobre temas relacionados con parentalidad y educación y que desde su mismo nombre nace con un objetivo interesante y que siempre hemos compartido desde Espirales CI: vincular la parentalidad y la educación con la consciencia.

Pero además plantean que los principios de calidad y mejora de rendimiento que podrían ser válidos para cualquier proyecto empresarial lo son también para estas dos realidades. Tanto sus contenidos como los expertos que colaboran en la web merecen la pena.

Os dejo la entrevista aquí por si os es de utilidad. Los ecos que hemos recibido a través de las redes sociales nos han impulsado a difundirla también aquí.

Gracias al equipo que hace posible la web por esta oportunidad.

Pepa Horno

Artículo de Pepa Horno: “La voz de las víctimas”

voz_victimas_pere_tarresEstas semanas he participado en el Máster de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés de la Universidad Ramon Llull y como parte de mi trabajo con ellos me pidieron una colaboración para el blog de profesores colaboradores en la universidad.

El artículo pretende incidir en una de las demandas de incidencia política en la que llevamos desde Espirales CI más años trabajando: la necesidad de construir un lobby social y político en torno al maltrato y abuso sexual infantil constituido por las asociaciones de adultos que fueron víctimas en su infancia. Son ellas y ellos, los que ahora que tienen autonomía suficiente y que han podido recuperar su “voz” al elaborar su historia y su dolor, los que pueden demandar con legitimidad y contundencia a la sociedad y a las instituciones una intervención eficaz en la prevención y erradicación de estas problemáticas.

El artículo está disponible aquí.

Espero que este artículo contribuya humildemente a impulsar ese proceso.

Pepa Horno

Artículo de Pepa Horno: “Un análisis crítico sobre la violencia contra los niños, niñas y adolescentes en España” en la Revista de Pediatria Integral

pepa-horno-analisis-critico-2016-rpiEs un placer para mí difundir el último artículo que he publicado en el número 10 de la revista Pediatría Integral, (de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, SEPEAP) con motivo de su 20 aniversario, titulado “Un análisis crítico sobre la violencia contra los niños, niñas y adolescentes en España”. El artículo está disponible on line aquí y forma parte del trabajo de incidencia política y sensibilización social que desarrollamos desde Espirales CI sobre esta problemática hace años.

El artículo desarrolla un análisis crítico de los avances y temas pendientes referentes a la violencia contra los niños, niñas y adolescentes en España, poniendo un especial énfasis en la intervención desde el ámbito sanitario. El objetivo es dar una visión global de la problemática poniendo el énfasis en algunas de sus vertientes menos atendidas social e institucionalmente en nuestro país.

En un momento en que está habiendo una transformación real de la sensibilización social e institucional hacia esta problemática, debemos ser rigurosos a la hora de reflejarla y eficaces en su abordaje. Existen aspectos clave que siguen sin ser priorizados, como los niños y niñas fallecidos por muertes violentas, el abordaje insuficiente del maltrato psicológico y la negligencia (que son sin embargo las dos formas de maltrato más habituales) o la dificultad en la detección de los indicadores internalizados que presentan los niños y niñas víctimas de maltrato, entre otros aspectos. Además siguen existiendo limitaciones estructurales de la respuesta institucional ante esta problemática como la ausencia de un registro sistematizado, la ausencia de la temática de violencia contra la infancia en los currículos universitarios de todos los profesionales que trabajan directamente con niños y niñas o los problemas que siguen existiendo en la coordinación interdisciplinar e interinstitucional.

Dar una respuesta a los niños, niñas y adolescentes víctimas de violencia es una obligación legal, ética y social. Espero que este artículo sea una pequeña contribución para ello.

Pepa Horno

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