Este puente del Pilar, enciende la máquina que te conecta con tu niño interior
8 octubre 2015
Etiquetas: afectividad, derechos del niño, derechos humanos, padres y madres, sensibilización, vídeos, vínculos, vivencias
Llega el esperado puente del Pilar en España. Este año cae en lunes y tenemos tres largos días ante nosotros para desconectar y aprovechar los últimos vestigios de calor. Sin embargo, algunos padres y madres ven tanto tiempo libre con cierta aprensión. Se preguntan cómo llenar el tiempo de los niños y niñas y lograr que se entretengan. Aunque si les consultaran a ellos qué les apetece hacer durante este fin de semana largo, lo más probable es que respondieran algo tan sencillo de hacer como: “Jugar con vosotros”.
Nos hemos acostumbrado a llevarlos de una actividad a otra. No tiene nada de malo, al contrario, en su justa medida es beneficioso para su desarrollo y su formación. Es más, es probable que lo disfruten mucho. Pero sería interesante reflexionar acerca de si hemos sometido la relación con nuestros hijos a la tiranía de la logística diaria y de unas agendas rebosantes de actividades porque nos cuesta abandonar momentáneamente nuestro universo adulto y adentrarnos en el suyo. Podríamos preguntarnos si en algún recóndito lugar de nuestro fuero interno no estaremos buscando pretextos para llenar su tiempo porque no sabemos estar a solas con ellos. Tal vez se nos haya olvidado hacer aquello que ellos más desean hacer con nosotros: jugar.
Cierto, requiere energía y sobre todo dejarse llevar. La frase “Mamá, tú eres el lobo y yo el conejo” puede provocar cierto desconcierto porque no sabemos conectar con nuestro hijo o hija y, por ende, tampoco con nuestro niño o niña interior. A lo mejor éste ha enmudecido y se ha hecho invisible y no sabemos cómo despertarlo de su letargo para disfrutar sin tapujos ni inhibiciones.
Es tan importante el juego que en 2013 el Comité de los Derechos del Niño publicó la Observación general Nº 17 sobre el derecho del niño al descanso, el esparcimiento, el juego, las actividades recreativas, la vida cultural y las artes para recordar que el juego es un derecho de todos los niños y niñas (artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño) y para explicar por qué el ocio y el descanso son tan importantes para la formación y desarrollo de la persona. Dado que todos tenemos un niño interior, en realidad el juego es un derecho humano universal que no entiende de edades para ser ejercido.
El juego crea un espacio propicio para el aprendizaje e interacción con el entorno, para desarrollar su ingenio y despertar su creatividad. A fin de poder desarrollarse a través del juego, el niño necesita jugar solo y con otros niños. Jugar en solitario le permite navegar en un mundo de fantasía que maneja a su antojo y que fomenta su autonomía. Jugar con amigos le brinda la oportunidad de interactuar con el grupo y encontrar su lugar en él, aprender a ceder a veces y otras a salirse con la suya y a encontrar estímulos en aficiones o intereses distintos a los propios.
Y también necesita jugar con adultos con los que tenga una relación de apego. ¿Por qué es importante que los adultos juguemos con ellos? Porque en un mundo imaginario se difuminan las jerarquías y podemos conocernos mejor. Nos permite observar los gustos de nuestro hijo o hija, descubrir sus temores y retos, entender su relato de vida, lo que incluye su relación con nosotros.
El tiempo consciente y en alegría que pasamos con nuestro hijo o hija estrecha lazos. Basta con evocar nuestra infancia y constatar que los momentos compartidos son aquellos que recordamos con mayor emoción. Por ello, es necesario buscar ese tiempo y aislarnos de lo que nos rodea para saborearlo. Ese momento de intercambio equivale a decirle que ese espacio juntos es más valioso que cualquier otra cosa y que paramos nuestro mundo para entender el suyo. Que él o ella importan. Esto tiene un impacto directo en su autoestima. Y no solo en la suya.
En Espirales CI creemos en el afecto como base del desarrollo humano y hemos podido comprobar a través de nuestro trabajo que el tiempo y el conocimiento mutuo constituyen una de las estrategias básicas para forjar unas relaciones vinculares sólidas. Jugar brinda ambas cosas -tiempo compartido y descubrimiento mutuos- ya que hace que nos centremos en el niño o niña y en la comunicación que establecemos con él. Jugar nos permite construir afecto.
Busquemos tiempo para jugar con nuestro hijo o hija. Jugar con nuestro hijo refuerza el vínculo de apego que nos conecta con él o ella y¸ en una suerte de regresión, nos une al hilo de la vida. Como de manera muy hermosa describe el vídeo creado por Arti Creativo, jugar con nuestro hijo o hija es como poner en funcionamiento una máquina que nos conecta con nuestro niño interior.
Todos llevamos a un niño o niña dentro de nosotros. Aquel o aquella con el que jugaron poco o mucho, al que amaron y a veces lastimaron. Un niño o niña silenciado por los adultos que somos. Jugando con nuestros hijos reconocemos a ese niño, le insuflamos la alegría de nuestro hijo por compartir tiempo con él. Liberamos a ese niño o niña interior y damos rienda suelta a nuestra esencia, nuestro potencial creativo y nuestra espontaneidad.
Para disfrutar plenamente de ese momento con tu hijo o hija, te recomendamos que sigas este breve manual de instrucciones:
- Respeta ese momento como si de una cita se tratara y olvida la colada, los platos por fregar o los asuntos de trabajo pendientes.
- Apaga o silencia el móvil.
- No tengas prisa.
- Aprovecha este espacio de intimidad para hacerle hablar de lo que le importa y para hablarle de lo que te importa.
Desde Espirales CI te invitamos a que este puente del Pilar enciendas la máquina que te conecta con tu niño interior: juega con tu hijo o hija.