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Etiqueta: afectividad

Guía “Afecto, límites y consciencia” de Pepa Horno y F. Javier Romeo para Aldeas Infantiles SOS en América Latina

Llevamos ya varios años acompañando el trabajo de Aldeas Infantiles SOS en la Región de América Latina y el Caribe a través de su Oficina Internacional para esa región y de algunas oficinas nacionales. Está siendo un proyecto fascinante por los planteamientos valientes e innovadores que Aldeas Infantiles SOS está asumiendo, y para nosotros está siendo un honor asesorarles en sus procesos.

Uno de los resultados más recientes es la Guía Afecto, límites y consciencia. La disciplina positiva en los programas de Aldeas Infantiles SOS, publicada en 2017, que hemos escrito Pepa Horno y F. Javier Romeo con las aportaciones de decenas de profesionales de múltiples países de la región, y con la coordinación del equipo de la Oficina Internacional para la Región. Ha sido un proceso muy interesante el ir plasmando en ideas concretas y aplicables por profesionales y familias de países tan distintos cómo educar desde este modelo. Lo presentamos así:

“La disciplina positiva busca promover la consciencia y el autocuidado en nosotros, los adultos, para que generemos vínculos afectivos profundos y respetuosos con los niños, niñas y adolescentes que educamos. Entendemos la educación como un proceso a largo plazo en el que debemos lograr proporcionar habilidades para la vida a los niños, niñas y adolescentes y hacerles sentir seguros y reconocidos” (pág. 6)

A partir de ahí explicamos nuestra versión del modelo de disciplina positiva (capítulo 2) y diferenciamos entre límite y violencia (capítulo 3). A continuación exploramos cómo nuestra vivencia como familias y educadores configura nuestra forma de educar (capítulo 4), y una vez que tenemos claro que nuestra herramienta básica para la educación es cómo somos y nos comportamos, nuestra propia persona, planteamos cómo acompañar a niños, niñas y adolescentes combinando afectividad y firmeza (capítulo 5). Por último, proponemos algunas claves para afrontar algunas situaciones cotidianas (capítulo 6), que sirven de orientación para muchas otras. Y cerramos el libro con algunas preguntas que merece la pena hacerse (capítulo 7), ya que para nosotros no existen recetas mágicas, sino procesos de toma de consciencia, que hay que cuidar y ampliar continuamente.

Desde aquí queremos agradecer la participación de tantas personas de tantos países para conseguir una guía comprensible y útil. Y también enviamos unas gracias especiales a Valeria Losoviz, quien ha maquetado la guía con mucha atención para facilitar la lectura y la consulta rápida, y a Bruno Coppola, por esas ilustraciones llenas de vida.

Esperamos que esta guía os proporcione nuevas ideas para que sigáis reflexionando, tanto para la práctica profesional en entornos de protección como en las familias.

F. Javier Romeo y Pepa Horno

Feliz 2018

Hacer realidad los sueños implica también la responsabilidad de vivirlos con gozo y mantenerse fiel a ellos.

Desde Espirales Consultoría de Infancia queremos desearos un año 2018 en el que podáis soñar y tejer redes de afecto a vuestro alrededor

Os damos las gracias por dar solidez y esperanza a este proyecto que comenzamos hace ya más de 8 años.

¡Feliz 2018 de parte de todo el equipo de Espirales Consultoría de Infancia!

Nuevo libro “La mirada consciente en los centros de protección” de Pepa Horno, Antonio Echeverría y Antonio Juanas

En los últimos años he tenido el privilegio de desarrollar un proceso de supervisión en ocho centros de protección dependientes del Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) en Mallorca. Un proceso que ha transformado el proyecto educativo de los centros, sus reglamentos, sus pautas de actuación, el clima de los equipos y, como consecuencia de todo eso, la vida de los niños, niñas y adolescentes que viven en esos centros.

El proceso ha sido un reto. Un reto que comenzó por la visión, la profesionalidad y el entusiasmo de Marisa Martín, que entonces era directora de los centros de menores del IMAS y que fue quien me contrató para realizar la supervisión en los cinco centros de gestión pública, y posteriormente por el empuje, coherencia y profesionalidad de Guillem Cladera que me llevó a trabajar el mismo proceso pero con más tiempo de seguimiento con los centros de gestión conveniada en la Fundació Natzaret y la Asociación Amés. En todo este camino me acompañó Antonio Juanas realizando la parte del trabajo corporal que propusimos como parte del proceso de supervisión a los equipos a través de la metodología de la biodanza. Y a la hora de escribir este libro contamos con Antonio Echevarría, que como educador referente del Centro Puig des Bous asumió la responsabilidad de llevar a la práctica varios de los proyectos que se incluyen en el libro.

El proceso fue sobre todo un reto para los equipos con los que trabajamos. Se les propuso un cambio de MIRADA muy potente y un cambio en su modelo de intervención, que pasaba de un modelo cognitivo-conductual a un modelo basado en el vínculo, que generó mucha inseguridad y miedo al principio. Pero los equipos de los ocho centros recogidos en el libro decidieron seguir adelante con el proceso. Por eso quisimos recoger su vivencia de forma directa. En el libro se transcriben testimonios directos recogidos en cuestionarios anónimos que se pasaron a los profesionales de los equipos que siguieron el proceso hasta el final. Los testimonios hablan por sí mismos y dan un valor de verdad al texto.

Porque en este libro, no solo yo, sino Antonio Echeverría y Antonio Juanas, con quienes he tenido el privilegio de escribirlo, quisimos reflejar la vivencia más allá de la teoría. Una vivencia que no sólo transformó los centros, sino a nosotros mismos.

La mirada consciente en los centros de protección recoge el marco teórico del proceso de supervisión, las técnicas, proyectos y actividades que se han implementado en los centros con su metodología correspondiente que permita su replicación, así como los modelos de reglamento, normativa y otros documentos varios de referencia que se desarrollaron a partir del proceso (leed el protocolo de fugas, por ejemplo, lo sistematizó el equipo de AMES y refleja muy bien lo radical que era la apuesta de cambio para los equipos en algunos aspectos) y la descripción y evaluación del proceso por parte de los equipos.

La mirada consciente en los centros de protección. Cómo transformar la intervención con los niños, niñas y adolescentes ha sido publicado por la editorial CCS, a quienes los tres autores agradecemos la valentía de publicar un texto que refleja un ejemplo concreto de proceso transformador de intervención, un ejemplo REAL, no teórico, y VIABLE. Es necesario sistematizar las experiencias de trabajo en intervención social de forma que puedan ser generalizadas.

Y acabo esta entrada que pretende ser invitación a la lectura de “La mirada consciente” con dos párrafos que cierran la introducción del libro que escribimos los tres juntos, porque reflejan su sentido:

Es importante mantener una mirada positiva y realista hacia la posibilidad de cambio de los equipos, como se la pedimos a ellos sobre los niños, niñas y adolescentes con los que trabajan. Si creemos que nada va a cambiar, nada cambiará. Este libro demuestra que es posible.

Ver la transformación de los centros, los procesos de los equipos, las sesiones de biodanza con las y los educadores y niños y niñas juntos o a los niños y niñas cosechando los frutos de un huerto nos ha llegado al corazón. Hemos visto rostros en niños y niñas con los que trabajamos, miradas y gestos en ellos y manifestaciones de afecto entre educadores y chicos que no habíamos presenciado antes. Este aprendizaje vivencial es difícil de plasmar en un libro, pero es el motivo último que nos lleva a escribirlo.

Pepa Horno

“Educando la alegría”: nuevo libro de Pepa Horno

Tengo el placer de presentaros el nuevo libro que he publicado con la Editorial Descleé De Brouwer y que está disponible desde este mes: Educando la alegría.

Y para hacerlo os quiero copiar literalmente el epílogo del libro. Es un texto especial para mí que resume las razones por las que escribí este libro. Porque este libro nace de mi experiencia en la supervisión de centros educativos y de protección, así como del trabajo con familias, pero nace sobre todo de una preocupación por lo que me voy encontrando en ese trabajo. Nace con el objetivo de brindar estrategias prácticas a familias y educadores para cultivar con consciencia y de forma sistemática la emoción de la alegría en los niños, niñas y adolescentes.

Espero de verdad que os guste y os sirva a quienes desde vuestras familias o en vuestro trabajo asumís el rol de cuidado de cualquier niño, niña o adolescente.

Aquí va el epílogo del libro:

“EPÍLOGO: CARTA A QUIENES EDUCAN

A ti, que me estás leyendo:

Antes de acabar este libro, quiero contarte algo. En mi vida he encontrado una “regla no escrita” que dice así: “A más, más, a menos, menos”. Cuanto más ponemos de algo, más nos llega. Cuanto menos, menos nos llega. Se cumple para lo físico, para lo emocional, para lo social… Piensa en ejemplos. En lo corporal: cuanto más comes, más comes; cuanto menos comes, menos comes. En lo afectivo: cuanto más amas, más amas; cuanto menos amas, más difícil te resulta amar. En lo material: cuantos más bienes tienes, más te llegan; cuantos menos bienes tienes, menos te llegan.

Se trata, por tanto, de elegir qué cultivar. En este libro yo te he propuesto cultivar la alegría. Y cultivarla como una opción consciente. Convertirla en una herramienta educativa clave y de forma sistemática, no ocasional. Que sea el motor emocional que posibilite el desarrollo pleno de nuestros niños, niñas y adolescentes. Porque si tengo razón, a más alegría, llegará más alegría y a menos alegría, ellos y ellas sentirán menos alegría. Y sin alegría no hay movimiento, ni intimidad, ni crecimiento ni resiliencia. Ni, sobre todo, valor. Y éste es el último mensaje con el que quiero cerrar este libro.

Vivimos en un mundo que cultiva el miedo en nuestros niños y niñas, a veces de forma consciente, otras de forma completamente inconsciente. Escuchan constantemente los peligros que les pueden llegar, lo mal que va el mundo. Crecen inundados de información sobre todo lo horrible que el ser humano es capaz de llegar a hacer, que ciertamente, es mucho. Muchísimo. Tanto que abruma. A ellos y a nosotros. Nos deja impotentes, nos hace sentir pequeños y muy, muy asustados.

El ser humano es capaz de “lo mejor” y de “lo peor”. Pero las historias sobre “lo mejor” no tienen lugar. Ni en lo público, ni a menudo en lo privado. Las personas que hacen cosas increíbles no salen en los medios de comunicación, se habla poco de ellos y ellas en la educación y en el ámbito privado a veces da casi vergüenza hablar de lo que te hace feliz, de lo que te llena y te hace sentir vivo. Dedicamos mucho tiempo a las preocupaciones y angustias, que además en determinados contextos socioeconómicos o sociopolíticos se disparan exponencialmente y nos inundan.

Quizá es mi sensación sólo. Pero es una sensación que se ha ido paulatinamente convirtiendo en preocupación a lo largo de estos años y me ha llevado a escribir “Educando la alegría”. Veo lo claro que tienen los niños y niñas los motivos para tener miedo. Les veo resignados. Les veo o bien sobreimplicados en el propósito de responder a las expectativas de un mundo hostil y muy complicado o bien abandonando el intento de conseguir estar a la altura de ese mundo. Y a muchos que no logran resignarse, les veo siendo señalados: los que preguntan en exceso y cuestionan las normas, los que se mueven demasiado, los que se enfadan y no logran manejar ese enfado.

Lo veo en mi vida personal en la crianza de mi hijo, de mis sobrinos, de los niños y niñas a los que quiero y con los que convivo. Pero lo veo más si cabe en mi vida profesional cuando doy los cursos a las familias y a los profesionales, cuando hago supervisiones en centros de protección o cuando trabajo con centros educativos que quieren transformar el modelo educativo del centro. Es desde esa doble perspectiva, la personal y la profesional, desde la que he querido ofrecer una propuesta para sistematizar la alegría en la educación.

Veo a las familias y a los profesionales más conscientes que nunca. El modelo de crianza cambió, la intimidad y presencia en el cuidado que hay en muchos hogares no tiene referente previo. O en mi ámbito profesional, todo el movimiento que se lleva dando desde hace unos años en la llamada educación alternativa o la incorporación del vínculo afectivo y la educación emocional en el trabajo con niños y niñas. El cambio es real. Y es un cambio para bien. Pero a veces siento que a ese cambio le falta consciencia y sistematización. Por eso he intentado centrar este libro en propuestas sistematizadas que den continuidad y estructura a esa opción por la alegría, a ese cambio.

Creo que ya nadie pondría en duda que hay que educar a los niños, niñas y adolescentes desde el vínculo afectivo, desde la estimulación y desde la protección. Pero es en el “cómo” hacerlo donde surgen los problemas. Quienes educamos queremos generar personas plenas y felices. Y nos hacemos responsables de nuestro papel en ello. Pero nuestra historia afectiva, nuestra memoria corporal, nuestros propios miedos… son la base del “cómo” educamos. Y esa parte no siempre queremos mirarla. Por eso tanto empeño en hablar del autocuidado en estas páginas. Mirarnos hacia dentro cambia nuestra mirada hacia fuera.

Y luego está el cansancio. Porque una educación con consciencia, tanto en las familias como en los centros educativos o de protección, conlleva cansancio. El control, los mandatos y el orden son menos cansados. Son más destructivos, pero son esquemas más fáciles de seguir. Y generan personas más sumisas, o más enfadadas, depende. Pero en cualquier caso generan niños, niñas y adolescentes pendientes de la aprobación de quien les educa.

En mi experiencia, a los niños, niñas y adolescentes les cuesta saber qué quieren ellos y ellas. No sus familias, ni sus maestros, ni sus educadores. Ellos mismos. Qué quieren hacer, en qué quieren participar, dónde quieren vivir… Saben lo que se espera de ellos, pero no siempre si es lo que quieren.

Se sienten sobrepasados por la exigencia de un mundo ferozmente competitivo y una visión negativa del ser humano; por la cantidad de información que manejan que no siempre han podido procesar ni corporal ni emocionalmente y por la imposibilidad de tener referentes de trascendencia porque todos los que había (ideológicos, sociales o religiosos) parecen haber mostrado ser en parte un engaño. Diría que quizá sobreviven sólo como referentes el afecto personal (el valor de la familia, la pareja y la amistad no ha desaparecido en ellos y ellas) y el dinero. Referentes muy diferentes entre sí, pero cuya eficacia la ven en su día a día cotidiano.

Por eso muchas veces les falta tener valor para perseguir aquello que desean. Porque volvemos al comienzo. El valor se educa. A más a más, a menos a menos. Y al valor se llega a través de la alegría. Les inculcamos miedo. Obtenemos miedo. Les inculcamos impotencia. Generamos resignación o enfado.

La alegría (también la esperanza y el amor) es arriesgada porque le da valor a la persona, puede transformarla. Y con la persona y a través de la persona, es un motor emocional que puede cambiar el mundo. La pregunta sigue siendo si quienes tenemos el privilegio de educar asumiremos ese riesgo. ¿Optaremos con consciencia y de forma sistemática por educar la alegría?

Lo dejo aquí. Gracias por acompañarme en este viaje y por hacer todo esto posible.

Te mando un abrazo. No cualquiera: uno de esos que alimentan la alegría.
Pepa”

Feliz 2017

La magia está en la vida.

Pero solo quien sabe mirar desde el afecto, la presencia y la consciencia puede captarla.

Desde Espirales Consultoría de Infancia queremos daros las gracias por tanta magia compartida.

¡Feliz 2017 de parte de todo el equipo de Espirales Consultoría de Infancia!

Manual “Focusing en la práctica clínica” de Ann Weiser Cornell (traducido por F. Javier Romeo)

Quienes me preguntáis en los talleres cómo introducir técnicas de Focusing en vuestro trabajo de acompañamiento terapéutico estáis de enhorabuena. Acaba de aparecer publicado el manual Focusing en la práctica clínica. La esencia del cambio, el último libro de Ann Weiser Cornell en castellano, que he tenido el honor de traducir yo.

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Este libro forma parte de la Biblioteca de Psicología de la Editorial Desclée, y ha aparecido gracias al interés de su autora, Ann Weiser Cornell (que ha participado en los distintos matices de la traducción), gracias al impulso de Isabel Gascón (Coordinadora Nacional de Focusing y dedicada revisora de todas las frases y conceptos del libro), y gracias al interés y cuidado del equipo editorial de Desclée. Podéis leer el índice y las presentaciones de Ann Weiser Cornell y de Isabel Gascón en el libreto promocional.

Como dice la propia Ann Weiser Cornell en la “Introducción”, su “intención es ofrecer una guía concisa sobre cómo incorporar Focusing en cualquier forma de psicoterapia” (pág. 35), y lo logra a través de los diversos capítulos, desde una conceptualización sobre la esencia del cambio (una pista: son las sensaciones sentidas que se exploran en Focusing) a los distintos pasos dentro de la terapia hasta casos especialmente difíciles (incluido el trauma las adicciones y la depresión). Hay también un capítulo dedicado específicamente a integrar el Focusing en diferentes modalidades terapéuticas (distintas escuelas y corrientes), y unas reflexiones sobre el Focusing para terapeutas (como clave de que las personas en terapia puedan avanzar de manera más rápida y fluida).

Aunque no trata directamente de la psicoterapia con niños y niñas, la formulación general da pistas que permiten empezar a integrar las actitudes y herramientas de Focusing en su acompañamiento. Los conceptos, las propuestas y la presencia aparecen explicadas en detalle, y al final nos toca a cada cual como psicoterapeuta (yo tengo mi consulta de psicología en Madrid para niños y niñas, adolescentes y adultos) adaptarlos a nuestra práctica concreta con cada persona, grande o pequeña.

Celebro que dispongamos ya de este magnífico libro en español y confío en que os guste leerlo tanto como yo he disfrutado traduciéndolo.

F. Javier Romeo

Entrevista a F. Javier Romeo sobre “Focusing y cómo trabajar experiencialmente la violencia” desde el Instituto Internacional de Focusing

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En noviembre ha aparecido la entrevista en la que comento sobre “Focusing y cómo trabajar experiencialmente con temas de violencia” (“Focusing and how to work experientially with violence”). La protección frente a la violencia en la infancia y la adolescencia es uno de los ejes temáticos de Espirales Consultoría de Infancia, como ya sabéis quienes seguís nuestro trabajo.

El Instituto Internacional de Focusing (The International Focusing Institute, la organización que coordina a nivel internacional las actividades relacionadas con formación y difusión del Focusing, y que me ha certificado como Formador de Focusing y como Psicoterapeuta con Orientación de Focusing) promueve “Conversaciones” (en inglés) con profesionales de Focusing de todo el mundo en los aspectos más novedosos, con la idea de difundir los progresos y de inspirar nuevos campos de acción. Serge Prengel, un Formador de Focusing y Psicoterapeuta con Orientación de Focusing al que conocí en la Conferencia Internacional de Focusing 2016 en Cambridge (Reino Unido), ejerce las funciones de anfitrión, y podréis observar el estilo de Focusing que utiliza: con una escucha activa mediante el reflejo empático, con abundantes pausas, permitiendo que surjan nuevas ideas y que se desplieguen a su propio ritmo.

En esta “Conversación” vais a poder escuchar temas como los siguientes:

  • La violencia como un proceso detenido (“Algo tendría que haber ocurrido para llevar adelante la situación, pero no sucedió, de modo que el proceso se queda bloqueado”).
  • El daño define la violencia, y el daño se vive desde el cuerpo.
  • Encontrar un “asidero” (“handle”) para la violencia (identificarla) es el primer paso para salir de ella: para ello es necesario tomar consciencia de los patrones culturales que nos hacen normalizar la violencia.
  • El papel del poder en la violencia. gaminator-t
  • El afecto unido al cuidado como una forma de evitar la violencia (y la dimensión corporal que se puede alcanzar mediante Focusing). online fogadóiroda
  • La detección y la intervención en casos de violencia en Protección de Infancia. tippmix foci eredmények
  • Un mensaje de esperanza respecto a las posibilidades de sanar y de transformar la violencia, y el Focusing como una magnífica herramienta para realizarlo.

Y si queréis experimentar cómo transformar la vivencia de violencia desde el cuerpo mediante el Focusing, estoy disponible para sesiones puntuales o para psicoterapia en Madrid (podéis contactar directamente conmigo).

Espero que os resulte de interés, y me encantará conocer vuestras reacciones al respecto.

F. Javier Romeo-Biedma

Entrevista a Pepa Horno sobre familias y educación

gestionando-hijosEsta semana ha salido publicada una entrevista que realicé para Gestionando hijos. Es una web sobre temas relacionados con parentalidad y educación y que desde su mismo nombre nace con un objetivo interesante y que siempre hemos compartido desde Espirales CI: vincular la parentalidad y la educación con la consciencia.

Pero además plantean que los principios de calidad y mejora de rendimiento que podrían ser válidos para cualquier proyecto empresarial lo son también para estas dos realidades. Tanto sus contenidos como los expertos que colaboran en la web merecen la pena.

Os dejo la entrevista aquí por si os es de utilidad. Los ecos que hemos recibido a través de las redes sociales nos han impulsado a difundirla también aquí.

Gracias al equipo que hace posible la web por esta oportunidad.

Pepa Horno

Feliz 2016

espiralesci_2016Hay un aprendizaje para los niños y niñas en la esperanza.

Y en la capacidad de soñar.

Desde Espirales Consultoría de Infancia queremos daros las gracias por el esfuerzo cotidiano en llevar luz al dolor, esperanza al decaimiento y alegría a los niños y niñas con quienes compartís la vida.

Y gracias por ser, justamente por todo eso, la base de nuestra esperanza.

Os deseamos un tiempo de ternura y gozo y un feliz 2016,

Pepa, Javier, Lucía, Áurea y Sergio

Reflexiones de F. Javier Romeo después del Congreso de Educación Emocional de Navarra

fj-romeo-padres-formados-2015Este pasado fin de semana he tenido el honor y la satisfacción de participar en el I Congreso de Educación Emocional de Navarra, organizado por Padres Formados. Ha sido un congreso especial por varios motivos, y quiero comentarlos y celebrarlos desde esta entrada de blog.

En primer lugar, me ha impresionado la valentía del equipo de Padres Formados. Han sido capaces de organizar todo el congreso (con alrededor de 250 participantes) sin patrocinadores ni financiadores, y con una atención muy buena y mucha calidad técnica, y eso ya tiene mucho mérito. Ha sido un congreso como querían, con conceptos de psicología positiva y cómo cultivar las emociones, con muchas risas e incluso con momentos de música y movimiento. Podéis verlo en el resumen gráfico del evento dentro de su blog.

Y dentro de ese marco han decidido introducir un tema terrible y bastante oscuro: mi ponencia trataba en concreto sobre “Una educación afectiva que protege frente al abuso sexual”, una de las temáticas que trabajo desde Espirales Consultoría de Infancia. Esa valentía les ha llevado también a difundir el tema del abuso sexual en la infancia por varios medios. En cierto momento salió el comentario de si íbamos a salir ponentes y participantes bailando y riéndonos en todas las fotos, y parecía que sí. Entonces tuve que dejar claro: “Sí, pero el abuso sexual no es tema de risa”. Me encantó el proceso de reflexión que continué haciendo: efectivamente, el abuso sexual no es para reírse, pero si queremos transmitir mensajes y estrategias protectoras a los niños y niñas de nuestro entorno será imprescindible que nos riamos (y mucho) con ellos. Precisamente las pautas que sugerí tienen que ver con eso: un niño o niña que conoce una afectividad positiva, protectora y saludable (y ahí van grandes cantidades de risas compartidas) tiene mucha más protección frente a alguien que quiera abusar, sencillamente dirá “Uy, esta no es la afectividad que a mí me gusta, voy a escapar y voy a pedir ayuda”. De modo que sí, una educación afectiva que protege frente al abuso sexual incluye necesariamente buenas dosis de risas, de risas sanas que hacen sentirse bien y en conexión consigo y con los demás. Y así lo compartí en la conferencia.

Hubo al final una mesa redonda con ponentes, donde surgieron varios temas interesantes que estuvimos comentando. Quiero resaltar dos, ya que me comprometí a compartir recursos al respecto.

Surgió el tema de “¿Cómo hacer para escuchar a un niño que se niega a irse del parque?”. Se dieron respuestas creativas y profundas, y yo aporté mi contribución: “Escuchando el ‘sí’ en el ‘no’”. escuchar-el-si-en-el-noRecupero entonces en esta entrada mi  artículo ‘Escuchar el “sí” en el “no”‘, que apareció publicado en el número 52 (de enero de 2011) la revista Nuestro rincón del 0-6, publicada por ACENTO (actualmente ya no sigue sacando números nuevos, aunque sigue disponible). En este artículo desarrollo de manera más amplia lo que expuse en la mesa redona: cuando una persona (y un niño o una niña también es una persona) dice “no”, está diciendo “sí” a muchas cosas, y si escuchamos al mensaje completo (al mensaje que nos aparece después de profundizar en el “no” inicial), podremos generar una conexión más profunda y hallar una solución satisfactoria para todas las partes. Para poder hacerse una idea, dejo aquí el comienzo del artículo:

Ana, de dos años y medio, no quiere ponerse el abrigo para salir a la calle. José, de cuatro años, no quiere bajar del columpio para irse a casa. Irene, de cinco años, no quiere irse a dormir. ¿Por qué no quieren hacer esas cosas que como adultos nos parecen perfectamente razonables?

¿Y qué hacemos a continuación? ¿Cedemos y que hagan lo que quieran? Entonces nos sentimos mal porque no estamos colaborando a su educación, y además nos da la sensación de dejar de lado lo que también queremos nosotros como personas. ¿Les forzamos a que hagan lo que queremos? Entonces tenemos garantizados la discusión y el mal ambiente durante un buen rato, y a largo plazo les estamos enseñando que al final lo importante es tener poder o fuerza, y que el diálogo sólo sirve cuando se es débil. En mi experiencia personal y profesional existe un tercer camino, basado en una comunicación más profunda en cada una de esas situaciones. Y una de las habilidades que desarrollamos en los talleres que facilito es la capacidad de escuchar a qué dicen “sí” nuestros niños y niñas cuando dicen “no”. Ir a la entrada donde continuar leyendo el artículo completo “Escuchar el “sí” en el “no”‘

Había también una pregunta respecto a “¿Cómo introducimos la educación emocional en los centros educativos?”. Ahí me permití señalar que todos los centros educativos enseñan educación emocional, lo que ocurre es que a lo mejor enseñan una educación emocional que no está acorde con nuestros valores (la obediencia y la sumisión como valor principal, lo cognitivo por encima de lo afectivo, el miedo a todo lo que tenga que ver con emociones…). Solo poniendo consciencia en la educación emocional que reciben nuestros niños y niñas (y también la que hemos recibido quienes actualmente somos personas adultas) podremos plantear un cambio. No se trata de crear extraescolares de educación emocional, o de trabajar un poco en tutoría, aunque pueda ser un buen comienzo. Todo lo que se hace en el ámbito educativo enseña, aunque tal vez no sea lo que queramos, así que ampliemos nuestra mirada.

Como último elemento, surgió también el tema de las tareas para casa, los “deberes” que reciben los niños y niñas en los centros educativos. De manera muy resumida, es muy sano que los niños, niñas y adolescentes puedan recibir una educación, que vayan aprendiendo gradualmente a asumir responsabilidades y a realizar tareas… siempre que eso no sea lo único que hagan en su vida. Cité un artículo muy divertido de Claire Wapole, una periodista que decidió escribir una lista de “tareas para el colegio”, con el mismo lenguaje que se utiliza para justificar los “deberes” en casa, pero para explicar las tareas de casa que cada profe de su hijo o de su hija deberá hacer en horario lectivo, ya que el horario “familiar” no es suficiente para consolidar los aprendizajes durante las horas que los niños y niñas están en casa. Se puede leer el artículo original aparecido en The Huffington Post Chicago en inglés, “Thirty Minutes Tops”, y luego hay varias traducciones en castellano, a mí me ha gustado “Treinta minutos como mucho”, en el blog El mito de los deberes.

Habría muchas cosas más que comentar, pero creo que con esto he recogido unas pinceladas sobre el Congreso. Aprovecho también para felicitar y transmitir mi agradecimiento al equipo de Padres Formados, en especial a Leticia Garcés y a Uxua Otazu, y a cada participante que contribuyó con su presencia, su interés y sus reflexiones y preguntas, y podemos continuar la conversación en los comentarios de esta entrada.

Con gratitud y celebración,

F. Javier Romeo

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