LinkedIn

Buscar

Etiquetas

“El trauma psíquico es de todos”, nuevo libro de Begoña Aznarez con el prólogo de Pepa Horno

Portada del libro "El trauma psíquico es de todos" de Begoña AznárezUno de los pilares de la filosofía de Espirales CI desde su creación fue la construcción de redes. Enlazar a las personas, a los equipos profesionales entre sí. La red es condición de seguridad, legitimidad y rigor técnico tanto como de cuidado humano.

Desde esa construcción de redes hemos conocido a personas extraordinarias y a profesionales que hemos admirado. Y la vida en algunos casos me ha ofrecido el privilegio de poder llegar a generar un vínculo afectivo profundo con algunos de ellos. Y entonces no solo les admiras profesionalmente, sino que les quieres. Begoña Aznárez es uno de esos ejemplos.

Begoña es una terapeuta que está creando escuela. No solo para las personas que atiende, sino a través de todos los profesionales a los que está formando y acompañando desde la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología (SEMPyP). Tiene una característica poco habitual en nuestro gremio que es la capacidad de hacer simple lo complejo, de explicar de forma sencilla los grandes conceptos técnicos de la psicología. De esta forma, logra hacerlos cercanos y comprensibles no solo para los profesionales, sino para las familias y para los niños, niñas y adolescentes con los que trabajamos. Su congruencia humana y su capacidad de estructurar el proceso terapéutico son algo único. El libro El trauma psíquico es de todos es un ejemplo perfecto de esta capacidad. En él desarrolla un modelo técnico de abordaje del trauma en infancia y adolescencia dándole forma en una serie de lecciones. Pero va más allá, visibilizando el trauma de los niños, niñas y adolescentes como una responsabilidad comunitaria. De ahí su título.

El concepto de “trauma” es esencial para cualquier profesional que quiera trabajar con rigor y actualización técnica en el ámbito de protección. El conocimiento y avances que ha supuesto la psicología del trauma en la intervención exige a los profesionales que quieran desarrollar su trabajo con eficiencia formarse sobre trauma. Desde Espirales CI estamos promoviendo dicha formación  y toda una serie de materiales sobre esta temática, empezando por el manual Acompañando las heridas del alma. Trauma en la infancia y adolescencia que ha desarrollado F. Javier Romeo. Por eso recibir un libro como el que publica esta semana Begoña es un regalo.

Pero es que el regalo fue doble. Porque Begoña me pidió que escribiera el prólogo de este libro. Un honor para mí como profesional, pero sobre todo como persona. Así que acabo esta entrada transcribiendo literalmente el prólogo que escribí, en la confianza de que os anime a leer un libro que da luz mucho más allá de lo profesional.

El prologo dice así:

“Quienes trabajamos con personas sabemos que la eficacia de lo que hacemos no depende tanto de qué hacemos como del modo en que lo hacemos. Es en gran medida la forma en que desarrollamos nuestro trabajo el que marca su eficacia. No es mejor profesional quien más sabe sino quien es capaz de encontrar un modo sencillo y claro de explicar los procesos y abordarlos de forma eficaz. Tanto más cuando se trata del alma humana y su dolor.

Somos muchos los que llevamos años esperando este libro. Anhelando que Begoña encontrara el tiempo y la paz suficiente para escribirlo. Porque ella aúna ese “qué” con un “cómo” luminoso. Pero sus pacientes siempre iban antes, cada alma y su historia, cada trauma y su huella, cada niño o niña y su magia.

Begoña es una de las mejores profesionales que he conocido. José Luis [Marín] diría, en ese estilo polarizado que a Begoña le gusta tanto, que es la mejor. Y ha sido maestra y guía de más profesionales de los que ella puede imaginar. Por eso escribir este prólogo es en sí mismo un honor y un regalo. Ella sabe que he dedicado mi vida profesional a dar voz a las personas cuya historia de trauma hizo enmudecer, a romper ese silencio del que habla desde el comienzo. Y ha sido en parte gracias a ella.

Pero Begoña es algo más: es maga y vuela. Por eso cuando empiezas a leer las páginas de este libro te llega una sensación de incredulidad. Parece imposible describir de una forma tan sencilla lo complejo y nombrar el sufrimiento de una forma tan luminosa y valiente. Cuando avanzas en su lectura te vas dando cuenta de que sus páginas te van dejando sin excusas: como terapeuta para incorporar su propuesta técnica a tu trabajo y como persona para mirar o revisitar tu propia narración.

Es todo un reto el que Begoña se propone: hablar sobre el trauma tanto a las personas ajenas al ámbito psicoterapéutico pero que conocen el trauma (consciente o inconscientemente) y se reconocerán en muchos pasajes del libro como a profesionales de la psicología y la medicina. Ella lo dice claro: “lo que sana es el vínculo”. Y a lo largo de las páginas ella nos guía con sensibilidad, sincronía y presencia.

Este libro genera memoria explícita semántica en más de un nivel. Y mentaliza las intuiciones y sensaciones de “tripas” que muchos hemos tenido a lo largo de nuestra trayectoria profesional. Rompe el silencio. Y para quienes hemos tenido el privilegio de escuchar a Begoña en formaciones o conferencias es toda una reexperimentación, casi como estar escuchándola. Estas páginas desarrollan un abordaje terapéutico para intervenir con personas con historias de trauma. Existe poca literatura que describa los modelos técnicos de intervención de forma que puedan ser generalizados. Necesitamos lograr que los profesionales de la psicología y de la medicina sean capaces de leer la historia de trauma que hay detrás de la sintomatología emocional, conductual y somática. Esa mirada consciente que permite ver el horror, el miedo y el valor de la supervivencia.

Porque déjenme que acabe este prólogo eligiendo mi lección. Elijo la 48. El vacío, el horror, el valor, la sanación. Pocas veces he leído un resumen que honre mejor a todas las personas que han encontrado su forma única, propia y valiente de sanar su historia de trauma. Y la luz que nos llega cuando en la lección 52 nos habla de ese “vínculo sano y sabio con nosotros mismos”… ese que vemos aparecer en el alma, los ojos, las acciones y la sonrisa de las personas en el contexto terapéutico. Ese que da sentido a lo que hacemos. Ese que, con suerte, logramos con nuestro niño o niña interior”.

Poco más puedo añadir. Salvo, una vez más: gracias, Begoña.

Pepa Horno

Comentarios

Pingback de Espirales Consultoría de Infancia » “Perdir perdón por no saber mirar y no querer ver” artículo de Pepa Horno para el programa BBK Family
14 septiembre, 2021

[…] “El trauma psíquico es de todos”, nuevo libro de Begoña Aznarez con el prólogo de Pep… […]

Escribir un comentario





Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies